
Desde la cama de mi hermana, en la casa de mis padres, veo el atardecer otoñal de Zaragoza. Entre algunas nubes, observo el rojo y rosa tras los edificios y no puedo más que dejar volar mi imaginación. Sí, estoy en la cama, pero soy libre; Aunque oiga gritos, soy libre; Sin nadie que me escuche, soy libre; A pesar de todo, soy libre.
Soy libre porque pienso lo que quiero y nadie puede meterse con eso. La libertad no entiende de parámetros, porque es un sentimiento y para cada persona significa una cosa. Podemos estar atrapados por mil causas, pero sentirnos libres sólo por una. Y viceversa, claro. Nadie nos explicó nunca que la libertad es la única palabra con millones de aristas y por eso es tan complejo definirla y tan fácil sentirla.
Yo me siento libre ahora, pero dentro de un rato quién sabe... Otra dualidad permanente a la que enfrentarme... si quiero, claro, porque soy libre de hacerlo o no.
Un besín muy grande. Muy grande.
ResponderEliminarComo decía ayer... y viceversa.
ResponderEliminarHoy me siento atrapada en un cuerpo dolorido y mi libertad se ha ido al carajo. A veces, incluso demasiadas veces, el dolor no te deja imaginar, te ciega y tu celda es muy pequeña y tan apenas puedes respirar...
Un besazo también para ti, Norma.