miércoles, 12 de diciembre de 2012

Pensamientos tras la siesta.



                                                             Didier Lourenço


Mi vida es un susto aburrido.

Espero una llamada, un sms, un emilio o cualquier cosa que me pueda comunicar algo que deseo con todas mis fuerzas y mientras tanto... Pues miro. Lo miro todo, pero toco poco, por si acaso.

La hoja en blanco me aturde.

No sé escribir biografías emocionales. Y me toca hacerlo. Son esos deberes que no preguntas cómo se hacen porque intentas ser inteligente y descubres lo tonta que has sido haciéndote la inteligente...

Pequeños dolores grandes. 

Tengo que ir al médico, este dolor me mata... Pero no voy. Tengo cita sí, tengo cita. Médicos, dolor, medicación... Lo pequeño se hace grande.

(Acabo de volver a mirar el móvil, por si se han comunicado conmigo y no me he dado cuenta).

La casa helada y yo con estos pelos.

Vivir en esta ciudad, con este tiempo, con este cuerpo y estos pelos no es nada fácil. O te fríes o te resfrías, no hay término medio. Y sí, la calefacción cuesta dinero.

Y luego está este país, claro.

Crisis. Crisis... No llego a final de mes, como casi todos. Vulneración de los derechos fundamentales de los ciudadanos... Crisis, corrupción, un país desalmado, una risa nerviosa de país. Jóvenes sin futuro, mayores sin futuro, niños sin educación y el paro, mucho paro. Y la sanidad y... Ganas de matar a todos los malos.

El amor todo lo puede.

El amor es como todo, hay que currárselo y en ello estamos. El amor no cura, no da dinero... Ergo no da la felicidad. ¿Es así? Intento que no lo sea y de momento no me quejo.


Y con todo, la felicidad de los pequeños grandes momentos llama a mi puerta. 

Disfrutemos pues de lo que nos queda.


miércoles, 29 de agosto de 2012

"Tío Pepe que estás en los cielos..."





Querido tío Pepe:

No queríamos llegar a este punto, pero aquí estamos, despidiéndote. Espero que sea un "hasta luego" y por una vez, incrédula de mí, creo de verdad, que estás al lado de tu adorada Virgen del Pilar.

Con todo el ruido que hiciste en tu vida y te has ido en silencio, callado, sin poder cantar. Porque lo tuyo era el ajetreo, los pájaros volando, los microondas... cantar desafinando.Y ahora tu silencio se nos apodera y nos dejas tristes, porque ya no vamos a poder escucharte más.

No te preocupes, tu vida está repleta de anécdotas que poder contar. Recordándoselas a nuestros hijos estarás muy presente siempre en nuestras vidas. Y te puedo asegurar, Pepe, que dan para un buen rato de risas, que en el fondo a ti lo que te gustaba era ser un payaso divertido y hacer reír a los demás.

Todos pensamos que, de tan inteligente que eras, tu cerebro te jugó una mala pasada. Y, aunque ha habido momentos de todos los colores, te recordaremos por aquellos que nos hagan poner la misma mueca que sacabas tú cuando hacías una de las tuyas.

Tu familia te echará de menos, Zaragoza te echará de menos, la línea 38 te echará de menos... La gente del psiquiátrico, los vecinos... Hasta por el Pilar se te echará de menos. Porque conseguías no dejar indiferente a nadie.

Ahora te lloramos porque te queremos y sabemos que en vida no supimos comprenderte. Te pido, te pedimos disculpas. Ya sabes, la Yaya está esperándote. La mujer que más te amó te espera con los brazos abiertos. Descansa en Paz, Pepe. Te lo mereces.







viernes, 27 de enero de 2012

I was made for you.

Santoro London


Entre sábanas azules todo fue más fácil
Por una vez el azul me acarició.

Volvió el morado y la locura insana,
el perjuicio de dos almas atormentadas.

Quiero el blanco, quiero el azul
quiero el sol, quiero la noche
La música, el cine... los momentos felices compartidos.
Quiero que este nubarrón pase, este maldito tiempo
que frustra el alma y paraliza el cuerpo.

Quiero, quiero, quiero... Pero querer no siempre es poder.