viernes, 25 de febrero de 2011

No tengas miedo a contestar.



Jajajaja, Rombo es la caña, señores. Anoche me pone en un comentario "quiero más" y se queda tan ancho el tío. Como si yo no supiera que ando otra vez con mi crisis de la página en blanco. Entre la crisis esa y las otras dos -monetaria y sanitaria- o hablo de crisis o hablo de crisis.

Pero no, no me da la gana. Voy a luchar contra mi autocompasión y voy a dar tralla, que hoy me apetece.

Odio cuando en el Fotogramas entrevistan a alguien y preguntan:
F. -¿A quién no te gustaría conocer?-
Y el entrevistado en cuestión responde: - De todo el mundo se aprende.- Y se queda tan ancho/a.

Si yo fuese alguien y me preguntaran sobre ese tema en cuestión...
F. - ¿A quién no te gustaría conocer?
Yo contestaría: -Pregúntame a quién quiero conocer, que acabamos antes.-

Y es que hay tanta gente que no me interesa lo más mínimo... pero tanta... A mí todo el que no me aporte algo positivo a mi existencia, aunque sea una sonrisa en una película, no me apetece conocerlo ni un poquito. Y eso que creo que va en contra de mis antiguos principios, cuando quería dedicarme al periodismo y tener oportunidad de conocer a Dios si hacía falta, para poder entrevistarle. Debo haber cambiado mucho, pero este próximo mes me conformo con conocer a Rombo. Y en lo que queda de año, mi mayor ilusión ye conocer a la secta asturiana, es decir a Norma y a Cecil (en barbecho, pero sigue siendo él).

Y por cierto, ya que estamos, vamos a dejar bien clara una cosa. Cuando preguntan a alguien que si se arrepiente de algo en su vida y contesta eso tan típico que ya he dicho antes -No me arrepiento de nada, de todo se aprende-, para mí está diciendo la mayor tontería del mundo, seguro que se arrepiente de decirla. ¡Anda que no me arrepiento yo veces de decir según qué chorradas, de actuar de según qué forma y pasar por según qué situaciones...! El arrepentimiento y el error son las cosas que más enseñan a los seres humanos a no tropezar mil veces en la misma piedra y hacerlo sólo cien veces. Y quien piense distinto, mejor para él/ella, de verdad.

Dicho esto, voy a ver si los señores de muface, que han perdido mis documentos, me pagan unas inyecciones carísimas que tuve que abonar. Claro, como ellos sí que llegan a final de mes...


miércoles, 9 de febrero de 2011

Tuberías enrevesadas...


Tras "arreglar" la tubería y sacrificar parte del armario he de decir que la tubería sigue sangrando agua.
Sí, amigos, esto es el cuento de nunca acabar... Más o menos como mi vida.

Se arregla una tubería más o menos como se puede arreglar una rodilla, ¿no? Pero resulta que la tubería sigue estropeada al igual que la rodilla no funciona. ¿Solución? Cambiamos el codo de la tubería -ya lo podían haber cambiado antes, la verdad- y como en la rodilla eso ya sucedió anteriormente, intentamos mejorar la rodilla con unas infiltraciones.

Y algunos diréis: -Bueno, tampoco es para tanto...- . Es verdad, la tubería lleva mal un mes y algo, pero la rodilla está fastidiada desde hace casi 13 años.
Otros diréis: -¡Pues sí que es quejica la moza!-. No os faltará razón, pero como es mi cuerpo y me duele y encima estoy escribiendo en mi blog... Vamos, que es lo que hay.
Los más listos añadiréis: -Pues vaya metáfora rancia que nos ha embutido la tía-. No os culpo, pero como dentro de una semana hago 3 meses de baja (y no me dejan cogerme el alta), como que ya no sé ni expresarme decentemente.

Eso sí, para los que digan que me quejo -sí, me quejo, porque me hicieron mal mis paternos, copón-, que sepan:
Que si a eso le añadimos un brote de mi estupenda enfermedad (esa espondilitis de mis amores), más artritis en las manos, más sabañones en los pies (creía que esto era de la posguerra), más que ayer me dijeron que me tienen que quitar la tiroides y por lo tanto tomar más medicación de por vida... Y que encima hace hoy una niebla que no se ve más allá de 50 metros... Pues sí, soy una quejica, pero una quejica con muy mala hostia.

Y sé que la mala hostia me sacará adelante otra vez, aunque me tenga que oír de nuevo: -¡Ay, si es que no trabajas nada, con gente como tú no me extraña que estemos en crisis-. Pero lo que sobre todo me hará seguir por mi camino es mi niña, la que sabiendo lo que había, decidió quererme por ser como soy y no por estar como estoy. ¡Y brindo por ello!