miércoles, 22 de diciembre de 2010

Somos.


Este año se nos fue... Murió Labordeta.

En estos días me acuerdo mucho de sus canciones y gracias a Rodo he descubierto este homenaje genial que han hecho en la asociación "Ara Cultural". Y como compartir es vivir, ahí os dejo parte de nuestra cultura aragonesa.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

La ducha psicótica invernal.

En la ducha. Inés Vilchez.


No hay nada más horrible en invierno que los instantes previos antes de meterte en la ducha. Tomar la decisión ya se te hace cuesta arriba, pero en un momento dado ya no te quedan más opciones que agarrarte los machos, quizá porque tienes una cita ineludible con el mundo exterior.

En cuanto entras al baño, dejas que corra el agua. Sí, ya sé que no es nada ecológico, pero en esta casa cuesta un poco que se caliente el agua, qué le vamos a hacer. El baño está frío, helado... casi moqueas hielo conforme te vas quitando la ropa. Y te quitas la camiseta dentro de la ducha, mientras sueltas todas esas barbaridades que no debería decir una señorita de buena familia -ahora ya señora, aunque les pese a algunos-.

Tras mojarte los pies, esos que iban por la casa con calambres de lo fríos que los tienes, decides colgar la alcachofa en su sitio, cual cantante del tres al cuarto, y todo tu cuerpo se llena ahora de agua mientras suena un grito en tu interior y contienes la respiración. Logras hablar y dices temblando... -¡Hostia qué frío, por dios santo y misericordioso!-. Más o menos.

Primero decides lavarte la cabeza para dar tiempo a que ese estupendo champú haga efectos mágicos, como dice la publicidad. Ni se te ocurre cerrar el agua, aunque sepas que por tu culpa, igual se secan los pantanos esos que Franco nos dio. Simplemente separas tu cabeza del chorro mientras mantienes el resto del cuerpo en una curvatura bastante dolorosa.

Lo siguiente es hacer el proceso inverso, es decir, coger el gel y repartirlo por tu cuerpo, eso sí, maldiciendo de nuevo porque, aunque el elemento huele bien, su temperatura a ras de piel deja mucho que desear. Te vuelves a colocar con la espalda ahora en forma cheposa o cifósica (antes fue una espalda lordósica), para que el champú siga actuando hasta que...

Hasta que llega ese momento por todos esperado, ese único instante que se puede prolongar hasta que te entre la mala conciencia, en el que toda tú estás bañada -o regada, es lo de menos-en agua calentita. No cambiarías ese instante por nada, pero nadie dijo nunca que la felicidad fuese eterna. El tramo final es el peor.

Sin pensarlo demasiado, coges la alcachofa, la bajas y decides regular la temperatura hasta que el agua se pone fría tirando a tibia o viceversa. Rápidamente te pasas el agua por las extremidades inferiores mientras maldices más allá de lo impensable. Y cierras de golpe el grifo, como si de un arma asesina se tratara. Rápidamente coges la toalla, el albornoz y a tu madre si la encuentras cerca para que te dé calor. Ya te has duchado. Comienza el secado.

No, no voy a entrar en camisa de once varas explicando un secado en invierno. Eso ya, si eso, lo dejamos para posteriores semanas. Tal vez para cuando vuelva a esa ducha inmunda que me deja limpia y aseada. Seguro que me he quedado con ganas de decirle algo. Me voy al baño.

martes, 30 de noviembre de 2010

Dolor y frío...

Nicoletta Ceccoli


Asusta. Asusta el frío y asusta el dolor. El dolor causado por el frío "tangible" y por el que hiela el alma. Asusta.

Asusta ese dolor que no le deja dormir, que no permite dormir durante la noche y que no deja que duerma la mente. Asusta.

Asusta el dolor que causa el ver a un ser "invisible" para algunos cuando es tan visible para mí. El dolor no se ve, se siente. Y asusta.

Así que aun asustada por este dolor, por este frío, por la falta de sueños y por la invisibilidad que genera este blog, yo grito.

Grito contra la incomunicación dolorosa, contra el dolor conocido, contra el frío que te apaga la llama.
Grito para hacerte visible, para que al menos haya "alguien" que recuerde que aunque tu dolor y el frío marquen parte de tu existencia, para mí siempre serás la persona que más calor me ha dado y menos dolor me ha causado.

martes, 23 de noviembre de 2010

Hipérbole del amor o amor híper-volado.


- Buenos días, cariño. (Le sonríe con legañas en los ojos)
-Buenos días, amor. (Entreabre los ojos y se moja la boca seca).
(Tras dos respiraciones profundas)...
- ¿Me quieres?
- Te quiero todo. ¿Y tú a mí? (Beso sin lengua con un abrazo tipo oso).
-Hasta el infinito y más allá, ida y vuelta. ¡Te adoro! (Beso, esta vez con lengua).
(Silencio cómodo, mientras se mecen).
-Sabes que no me gusta que me adoren...
-Te adoro con tus imperfecciones. Sé que no hay nadie perfecto. Y ya nos vamos conociendo...
-¿No te vas a cansar de mí? Me da la sensación de que te aburres conmigo...
- Esa sensación tengo yo, pero al revés...
- ¡Qué va! Yo me lo paso genial contigo!
- Yo también, cariño. Y no, no te voy a dejar. Eres lo más importante en mi vida.
- ¿No encontrarás a otra persona y te cansarás de mí?
- ¿Qué acabo de decirte? (Beso contundente). Lo eres todo para mí.

Duermen durante un par de horas más, no sin haber revoloteado antes por la cama. Cuando se despiertan...
- ¿Me quieres?
- Te quiero todo. ¿Y tú a mí?


Moraleja: Epi y Blas se comunicaban así y todos los niños (y adultos) se reían con ellos... La realidad siempre supera a la ficción... ¡o no!

martes, 26 de octubre de 2010

A las brujas malas, vengan de donde vengan.


Disculpen por las palabras, pero son importantes para el buen entendimiento...



Chica, debes estar tonta para querer seguir haciendo daño con esos comentarios que ya ni duelen, ni son reales. Cuando se deja de querer a alguien es lo que tiene, que ya no merece la pena ni responderle. Te respondo desde aquí, que sé que no lees. Puede producirte urticaria en tu mundo rosa chillón, pero yo me expreso también escribiendo, no sólo moviendo mi bocaza con la melena roja al viento.

No voy a responderte en la cara que llevo acudiendo al curro con el menisco roto desde hace tiempo. Tampoco te diré que he ido a currar día a día desde hace más de una semana mala (sangrando como un cerdo en el matadero), aunque ayer mi cuerpo dijera basta. Sé que no te importa, pero es erróneo cuando dices: "menos mal que eres funcionaria porque si no ya te habrían echado del trabajo".

Lo que te jode, es que yo haya sido capaz de estudiar una carrera con todo en mi contra y luego me haya sacado una oposición tras varios intentos fallidos. Lo que te jode es que yo no me he tenido que tirar a nadie para conseguirlo y que todo proviene de mi esfuerzo. Lo que te jode es que tú jodiendo y jodiendo puedas estar un día teniendo que joder otra vez y yo no lo haya hecho. Ni lo haré.

Así que no me des lecciones de moralidad, maja. No acepto la moralidad de alguien con unos valores que se mueven más que una veleta en un día de cierzo en el Moncayo. No me vengas de puritana ahora que nos conocemos.

Lo único que duele de todo este asunto es lo que me ha dolido siempre. Que se dude de mi profesionalidad. La salud no me acompaña, es cierto. Tengo algunas enfermedades desde los 21 años, también es cierto. He pasado depresiones, lo reconozco. Pero me gano la vida honradamente y trabajo todo lo que mi cuerpo me permite. No me hables así cuando tú siempre te has aprovechado de los demás y lo sigues haciendo. Cuando trabajo doy el 100% de mí misma e intento realizarlo de forma honesta y sin complejos de ningún tipo. La salud, mi mala salud no merma ya mis ganas de vivir. Y tú y los demás tampoco podréis hacerlo. Se siente, pero si te picas.... jódete.

O para que lo entiendas... "Dientes, dientes que es lo que les jode". Y feliz que estoy.

viernes, 8 de octubre de 2010



Y te vi, al entrar al pasillo
con tus labios tornados en sonrisa sincera,
con tus ojos color aceituna y miel...

Y te sentí al unir nuestras manos,
con tu corazón latiendo arrítmico,
con tus dedos tocando mis dedos...

Y te escuché mientras me hablabas
con tu palabra serena y honesta,
con tu mirada entre cómplice y curiosa...

Y recuerdo que dijiste bien alto
"Sí quiero", consciente de que aquello
nos uniría más que cualquier otro momento...

Y desde entonces...sí, ha pasado el tiempo,
la vida nos va engullendo,
y aun cansada te recuerdo en ese instante,
donde sólo tú y yo, bailamos muy lento.







martes, 3 de agosto de 2010

A un mes vista...



En capilla me hallo. Nerviosa, atolondrada y con falta de tiempo y mucho calorro.

Creo que andaré pelín liada como para pensar en escribir. De hecho aún me quedan muchas cosas que decir y tal, pero de momento me dedicaré a decir a la persona que quiero todo lo que igual me he dejado en el tintero. Y de paso, pues me caso y eso.

¡Escribo cuando pase la "borrachera"!

viernes, 16 de julio de 2010

"Sólo" dos canciones... ¡Ben Harper!



Sí, así es que estoy, solo otra vez y aquí viene el vacío, estrellándose en él, su amor o odio no puedo encontrar en el medio he estado con brujas y he estado con una reina.  No habría funcionado de todos modos Así que ahora es un día más solitario más adelante que sólo puede pero por ahora un día más solo.  Me gustaría que hubiera algo que pudiera decir o hacer Puedo resistir todo menos la tentación de usted pero prefiero andar solo.  Prefiero caer yo entonces que me arrastra hacia abajo No habría funcionado de todos modos y ahora un día más solo más adelante que sólo puede pero por ahora un día más solo.  Ayer parece una vida atrás La que amo al día de hoy, apenas se conocen que tuve tan cerca de mi corazón, ¡ay crecer más de mí con cada lágrima caída. No habría funcionado de todos modos por lo que ahora justo otro día solo. más adelante que sólo puede pero por ahora un día más solo.



Rosas de mis amigos
Pude haberte tratado mejor
pero tu no pudiste tratarme peor
Pero es él quien rie el último
Es él quien llora el primero
A veces creo que conozco a los estraños
mejor de lo que conozco a mis amigos
Por qué un principio
tiene que significar un final

Las piedras de mis enemigos
Estas heridas se curarán
Pero no puedo sobrevivir a
las rosas de mis amigos

Cuando la última palabra ya está dicha
Y hemos sido testigos de la puesta de sol final
Todo lo que quedará será una señal
de lo que hemos dicho y hecho
Cuando todo lo que hemos tenido haya sido abandonado
las campanas de las iglesias lejanos no tocarán más
Este es el sonido de un corazón quitado
y la historia de las lágrimas de un rey

Las piedras de mis enemigos
Estas heridas se curarán
Pero no puedo sobrevivir a
las rosas de mis amigos

Esta puede ser la última vez que te vea
Perdóname por abrazarte tan fuerte
Esta puede ser la última vez que te vea
Por eso me aprovecho de este momento
Esta puede ser la última vez que te vea
Pero si me guardas en tu corazón
juntos seremos eternos
Si lo crees nunca nos separaremos


viernes, 9 de julio de 2010

Sin dobleces


Si alguien me hubiese contado hace un año y pico qué me depararía el futuro, le habría preguntado que qué se había fumado. Desde luego la vida me sorprendió entonces y lo sigue haciendo, aunque a veces se produzcan hechos desagradables y difíciles de digerir.

Claro que, desde el principio y por convicciones propias, lo tuve claro y no quise llevar mi relación como si fuera un delito. No deseaba tener esa doble vida que muchos eligen o se ven forzados a llevar. Por supuesto, todo tiene sus ventajas e inconvenientes.

Voy a cumplir 35 y en menos de dos meses me caso. Yo, que era de las que no quería casarse, ahora me emociono preparando cualquier cosita de la boda -aunque a veces me agobie, que ya queda poco tiempo-. Y no me caso ni por epatar, ni por llevar la contraria, ni nada por el estilo. Me caso porque quiero a mi pareja, porque me da la gana y estoy en mi derecho. Y a quien no le guste que se vaya rascando. Mucho me temo que ya hay varios que se están dando de golpes contra la pared. Es su problema.

El caso es que el otro día, hablando con una amiga de siempre, que también tiene una relación con una chica, me sorprendió la "cautela" con la que lleva su vida. Como si todavía estuviéramos con Paco de mandamás o nos fueran a quemar en hogueras... Me entristecí mucho por ella. Vive su relación a escondidas, se mueve por bares de ambiente y aunque todos saben, ella calla. Yo no podría vivir una relación así, no va con mi carácter. Desde luego es respetable, pero a mí me encanta pasear con mi mujer de la mano y abrazarla como hacen las parejas "convencionales". Y creo que mi amiga nunca podrá vivir así, porque no se lo permite a sí misma. Y se pierde parte del encanto.

Estoy convencida de que conocer a mi pareja ha sido lo mejor que me ha pasado en esta vida. Estoy orgullosa de ella y también de nuestra relación. Hay respeto, cariño, amor, admiración -a sabiendas de que no somos perfectas- y mucho apoyo. He madurado mucho gracias a ella y creo que ella también es una persona más completa desde que estamos juntas. No llevo doble vida y soy sincera conmigo, con ella y con el resto del mundo. Aunque les duela a algunos y otros no lo soporten. No se puede contentar a toda la gente y además es muy aburrido.

Y me pregunto: ¿A quién le importa?




sábado, 12 de junio de 2010

Hace un año y dos meses...

Dos mujeres. Amaya Salazar.



La petite mort, la llaman
-otro capítulo más en nuestras vidas-.
Ese vaivén, ese columpio de sensaciones...
esa fuente inagotable de diversos sabores
(desde la mermelada a la sal).
Y al final, tras el grito y los sudores,
un silencio que apacigua corazones.

P.N.T.


lunes, 31 de mayo de 2010

La pluma del cambio.


Perdí la pluma que escribía en blanco mis poemas de desamor. Fue hace algún tiempo y parece que ahora todo se escribe en rojo, con esa dualidad que tiene ese color, el rojo de la pasión y el rojo de la sangre.

Cuando perdí la pluma blanca me alegré. Nunca una pluma blanca había sido tan aciaga en sus escritos. Palabras escupidas, que no esculpidas... Palabras rotas que no rosas. Palabras heridas que no hirientes. Pero ahora que escribo en rojo, ese color con el que corrijo sin contemplaciones, sólo puedo pensar en ti y en ellos. Esto se ha convertido en una lucha de amores y odios, en palabras amadas sin demasiada originalidad por un lado y en palabras agudas que permiten que mi sangre no se diluya, pero que la suya baje como un río estrecho y abrupto.

Ahora quiero perder también la pluma roja. Voy a hacer un esfuerzo y no le voy a pedir que se quede. Prefiero encontrar la pluma verde que nos de esperanza -el amor ya lo tenemos-, otra amarilla que nos ilumine como el sol y la pluma negra para tachar personas allegadas de mi lista. Por una vez no voy a dejar que otra cosa roja, como es el corazón, me transporte a agujeros negros. Por última vez usaré la pluma roja para decirles a aquellos que nunca me quisieron:

"Podéis dañaros si queréis... incluso mataros poco a poco. Yo ya no entro en este juego maquiavélico. Ahora soy feliz".


domingo, 16 de mayo de 2010

Gracias a la vida...

Julia Aguiar

En dos días pasamos de decidir el día de nuestra boda -con los problemas que eso parece conllevar y que me importan bien poco- a que me bajaran el sueldo planteándonos de nuevo cómo puede ser nuestra boda sin que nos arruinemos y con la mala leche que conlleva que un gobierno supuestamente de izquierdas tenga tan malas ideas. Y cuando esos dos días parecían que ya terminaban, a mi prima la atropella un borracho cabrón y se te pasa todo por la cabeza menos las preocupaciones de esos dos días anteriores.

Y es que la vida siempre nos da un toquecito en el momento oportuno y nos dice qué es lo realmente importante. Lo que importa es la salud, la tuya y sobre todo la salud de los que amas. El cómo se toma la familia que me case con una mujer y el perder un 5% de tu sueldo siguen siendo dos contratiempos, pero se pueden superar.

Esta tarde nos vamos a Madrid a darle ánimos a mi prima y a toda su familia, porque los próximos meses van a ser duros. De paso, como otra tía mía pasa por una enfermedad muy dura, pasaremos por Alcorcón para que sepa que la queremos. No es un viaje de placer en sí mismo, pero es lo que apetece. Comprobar que mi prima sigue siendo una vitalista por naturaleza aunque tenga unos dolores terribles y ver cómo mi tía sonríe un poco cuando nos vea. Ahora toca eso. Ya habrá tiempo para celebrar el día más feliz de mi vida y también tendré tiempo para movilizarme por unas medidas que considero injustas.

Sí, así es la vida. Pasas de la felicidad y la ilusión a la preocupación en unos segundos. De la risa al llanto en un suspiro. Y doy gracias por poder disfrutar de ella, porque cada segundo cuenta.


lunes, 3 de mayo de 2010

Paseando a la primavera.


Era por fin primavera, la gente salía del silencio del invierno y llenaba las calles gracias a la visible mejora de la meteorología. Laila no era una excepción y eso que a ella en esa estación le sacudía el corazón, bombeando nervioso como el ritmo acompasado pero trepidante de los tambores de Semana Santa. Laila y su compañera Aisha se cogían de la mano y así se sentían seguras entre el mundanal ruido.

Les gustaba pasear por diversos lugares y hoy les había tocado acudir a la Plaza de los Sitios. Una plaza de alto postín donde los niños bien jugaban en los columpios; donde todo tipo de gente se acercaba a probar las delicatessen de los puestos de artesanía; donde los perros correteaban y bebían del agua de la fuente con gran parsimonia. Mientras, ellas miraban cómo algunos jóvenes comían gofres de chocolate o de mermelada, e incluso sentían envidia sana al ver cómo un padre le compraba a su hijo un algodón de azúcar y se lo comían a medias. Era un día soleado, pero ellas sabían que habían de venir tiempos mejores, porque había un capítulo en sus vidas que no podían dar por zanjado, aunque no hablasen de ello. Y mientras se miraban a los ojos, Laila y Aisha se comprendían sin necesidad de hablarse y lloraban juntas. Tal vez mañana, suspiraban…tal vez mañana sea ese día.

viernes, 23 de abril de 2010


Cuando estamos en esos días dentro del ciclo vital de las mujeres, esos días en que las hormonas se vuelven locas, deberíamos no tener que acudir a trabajar, ni tomar decisiones importantes... y mucho menos hablar de sentimientos. Como yo soy algo suicida y no voy a currar porque estoy de baja y ya he tomado decisiones importantes hace tiempo, voy a hablar de los sentimientos que hacen que mi corazón palpite más irregular de lo normal, para variar.

En primavera siempre me pasa lo mismo. No sé por qué exactamente, pero mi ansiedad aumenta un 200% -que ya es-. Este año, yo que en el fondo soy una optimista reconvertida, pensaba que con el amor todo iba a cambiar. Es verdad que casi todo ha cambiado, pero mi ansiedad primaveral me tiene más cariño que un gato a un ovillo de lana y esta primavera no se la quería perder tampoco.

Hoy por ejemplo, me ha entrado una tristeza enorme cuando he hablado con mi hermano y me ha dicho que ha tenido que sacrificar a Aly, su perra. Nunca había oído sollozar a mi hermano mayor y por supuesto se me han escapado unas lagrimillas. Me hace recordar lo que viví en su momento con mi perra Inka y la verdad, escuchar a alguien llorar y no poder abrazarle y decirle que entiendes que un perro es alguien de la familia, pues se me hace duro. Y ni siquiera he podido desconectar para echarme una siesta.

Ese hecho en concreto tiene su importancia, pero lo de echarme unos lloros desconsolados porque se ha muerto Samaranch, la verdad es que no tiene nombre. Sí, soy especialmente sensible con lo que sucede en el plano deportivo. Tengo alma de deportista y cuando sucede algo de envergadura me emociono. Dicen que soy rara y doy fe que al menos cuando me pasan estas cosas, hasta yo me lo creo.

Pero en realidad no soy tonta. Sé que desde que mi pareja hizo un viaje de ida y vuelta, de esos que no terminan como querríamos, estoy bastante más alterada. Sé que ella lo pasa muy mal y que debo estar ahí, sujetando todo con hilos para que no se rompa. Todos somos frágiles con determinados temas y yo debo ser la fuerte, puesto que a mí me toca de manera más indirecta. Pero cuando ya llevas un tiempo compartiendo la vida con una persona, sus problemas son los tuyos y viceversa. Y resulta que tu cuerpo dice que es la hora de dejarse ir,de no contenerse más y que salga el sol por donde quiera. Y si eso pasa, te da por llorar porque Bustamante se deshace en elogios ante su hija (Busta no me importa, la verdad); lloras porque Samaranch ha fallecido (y eso que el hombre fue de Falange); lloras porque la peli de risa tiene un momento romántico; lloras porque tu hermano se ha quedado sin la niña de sus ojos. Lloras por un montón de cosas, aunque lo que de verdad te apetece hacer es hablar con ellas y darles un abrazo. Susurrarles que entiendes todas las posturas, que sabes que ellas también sufren y decirles que su madre las quiere más que a nada en el mundo y que necesita una oportunidad para empezar de nuevo. Porque somos lo que fuimos ayer, pero sobre todo somos lo que somos hoy y lo que seremos mañana.




viernes, 9 de abril de 2010

¿Incondicionalmente?

Ilustración: Anita Mejía


Sabíamos que iba a ser difícil, mi amor. Lo sabíamos.

No es fácil entender nuestra historia, si no la vives desde dentro. Decimos que el tiempo pone todo y a todos en su sitio. Pero también sabemos que hay veces en las que la vida es así y la balanza no se equilibra y menos aún se inclina hacia nuestro lado.

Venimos de familias muy distintas, de ambientes también dispares, pero nos une el amor. Puede que haya personas muy allegadas a nosotras (padres, hijas, hermanas...) que no nos entiendan. Que les cueste que dos personas puedan vivir un amor tan inmenso como limpio y, que por ello, no nos acepten a una o a otra, eso no importa. No se dan cuenta de que nuestra felicidad debería bastar si nos aman incondicionalmente. ¿De verdad nos aman de esta manera?

Lo sabíamos, mi amor, pero eso no quiere decir que sea menos duro por ello.

Hoy estás a casi trescientos kilómetros y te echo de menos. La gente se puede extrañar de que nos desespere estar un día y medio separadas, pero es lo que nos pasa. Comprendo tu ausencia y te animo a que te ausentes por esos motivos, pero hoy sé que va a ser casi imposible que esto cambie, que yo forme parte de tu familia. Ya sabes, soy la causante del problema, aunque el problema no sea yo. No sé qué decir a eso, es demasiado paradójico como para entenderlo.

Sólo me apetece escribir al viento -o a quien lea- una cosa. Cuando hay tanto dolor en el mundo, tantas desgracias personales, sociales, culturales... ¿Por qué le ponemos trabas al amor sincero de dos personas? ¿Porque no es políticamente correcto?¿Porque no es ser un buen cristiano? Te conozco y no eres peor persona desde que me conoces, ni viceversa. Todo lo contrario. No somos pecadoras que debamos ir pidiendo perdón por las esquinas porque las cosas no sucedieron como los demás querían que sucedieran. No hemos matado a nadie, ni robado... no hemos cometido delito alguno y estoy segura de que aquél que nos quiera bien, nos bendecirá. Y si no lo hacen, yo al menos seguiré adelante con mi vida sin su bendición. Porque el respeto y el amor se gana respetando y amando a los demás.

Nosotras respetamos y amamos incondicionalmente a nuestras familias... ¿Nos respetan ellos a nosotras? ¿Nos aman sin condiciones? Algún día obtendremos la respuesta.

T'estimo, amor meu.

viernes, 2 de abril de 2010

Toda una vida...


Yo nunca había querido casarme. Desde jovencita lo tenía muy claro, sería madre soltera, me dedicaría a lo que me gustaba y por supuesto estaría con el tío más maravilloso del mundo... Eso sí, sin casarnos y porqué no, viviendo uno al lado del otro.

Claro que a los ocho años,cuando me preguntaban las monjas y mis amigas del colegio, yo decía que iba a ser maestra -monja imposible-, que en el 2000 tendría tres hijos y estaría felizmente casada. Está claro que cuando somos pequeños no tenemos ni idea de lo que nos va a deparar la vida. Pero ni idea.

Y es verdad que he llevado a rajatabla lo de no querer casarme. De hecho, nunca había tenido relaciones muy serias y a todos los chicos los terminaba espantando cuando me decían que me querían. Está claro que el compromiso no era lo mío.

Ironías del destino, siempre he sido muy romántica, excepto con mis relaciones. Será cosa de las pelis que me tragué de chico conoce chica, se enamoran y chico y chica terminan siendo felices y comiendo perdices. Pero para mi vida... como que no me veía.

No me quería casar hasta hace casi un año. Hasta que, por causas que aún no tenemos muy claras, nos conocimos, surgió el flechazo, nos enamoramos y todo mi anterior mundo se vino abajo. Y menos mal que se vino abajo.

Recuerdo que nos conocimos el domingo de ramos y empezamos un domingo de resurrección. ¡Toma ya! Es verdad que resucitamos, ya que pensábamos que nuestra vida pasaría de largo sin contar con nosotras y no lo hizo. Y de aquello, dentro de diez días, hará un año.

Hará un año que me comprometí. Hará un año que hinqué la rodilla y me tragué palabra por palabra todo aquello que mis amigos me decían que era el amor y yo no les creía. Hará un año que decidí que quiero compartir mi vida con esa persona y por supuesto casarme con ella.

Así que la moraleja está muy clara: Deja de pensar en lo que vas a hacer en tu vida y en cómo quieres que sea, porque cuando menos te lo esperas, llega la vida, te coge por las orejas y te coloca en el sitio adecuado en el momento adecuado. Lo demás corre de tu cuenta y riesgo. Aprovecha y no dejes pasar ese momento. Puede que, como yo, tengas suerte y te encuentres con tu persona... y ella te encuentre a ti.

Aquí os dejo una historia de amor, pese a las dificultades, una bella historia de amor. "Si las paredes hablaran. Mujer contra mujer". De las tres historias os pongo la que más nos define. La 3ª también está muy bien (parte en barra lateral). O podéis verla entera, no?


Y los demás enlaces:


lunes, 22 de marzo de 2010

El concierto soñado.

Fotos: Pilar Solart

Si ayer hubiera salido a algún sitio habría sido para ver el concierto de Marta de la Aldea y Antonio Toledo en La Campana de los Perdidos. Ella tiene una voz llena de fuerza que transmite y él tañe la guitarra que es una delicia -el mejor guitarrista de Ejpaña, señores-.

Si ayer hubiera ido a La Campana habría disfrutado no sólo de su música, sino también de su compañía, algo que necesitaba desde hace tiempo. Y me hubiera encontrado con Rodo, con Elena, con Susana y con María José, que son de un majo que no se pué aguantar.

Seguro que habrían conocido al delicioso ser que me acompaña en la vida desde hace casi un año y además habrían conectado. Probablemente habrían dicho que gracias a ella me he redescubierto, que se me nota feliz y mucho más tranquila. Y habrían tenido razón.

Y Marta nos habría hecho reír con ese desparpajo que tiene hablando, aunque sea nervioso. Y puede que Antonio, al final se arrancase no por bulerías, sino por imitaciones de lo más variopintas. Nos hubiéramos reído, seguro.

Puede que hasta nos hubiesen dedicado una canción y que me hubiera emocionado y eso me hubiera llevado a beber más deprisa y me dejara un poco tocada. Puede ser, no digo yo que no...

El caso es que de un tiempo a esta parte me cuesta mucho distinguir realidad y ficción, así que puede ser que tras el concierto entabláramos conversación amena, sólo diluida por un moscón muy borracho. De ser así, me hubiera gustado que aquello hubiese durado toda la noche, pero ninguno habríamos tenido cuerpo para pasar más allá de la barrera de las 2 de la mañana. Creo que yo la primera, porque hoy tendría una resaca y un dolor de todo que no se podría aguantar. Si hubiera bebido tres cervezas y un chupito, claro.

Incluso podría haber sido una noche mágica para mí, vivida con el amor de mi vida y compartiendo charradas con gente a la que de verdad estimo. Puede ser.

Pudo ser verdad o no, no me acuerdo. A veces los sueños te hacen vivir momentos ideales, pero irreales y otras veces la realidad supera mil veces a la ficción, que también es posible.

Hoy me he levantado canturreando "La boda" de Javier Ruibal con voz femenina... Puede ser que todo esto pasara anoche, puede ser.


lunes, 15 de marzo de 2010

Tango vs. mudanza

Julia Aguiar

Mudarse mata. Mudarse perjudica gravemente su salud y la de los que están alrededor. Mudarse puede matar... Y en eso estamos, con nuestra vida en cajas y el cansancio como mejor amigo.

La mudanza genera estrés, mucho estrés, too much. Algunos amigos nos han dicho que es como una prueba de fuego para la pareja. Y si lo superas, ya tienes mucho ganado.

Y ahí nos veis, intentando completar una mudanza sin escuchar a los libros que nos gritan que les saquemos de ahí y muchos otros quejidos más. Porque como en toda mudanza que se precie -aquí no admitimos pijos a los que la vida se lo da todo hecho- no hay dinero para estanterías, ni para otras muchas cosas... Bueno, para una cosa sí.

El viernes pasado cumplimos 11 meses como pareja, ese casi un año que celebramos viendo una exposición -lo gratis nos mola y si es Aute, más-, cenando nuestra comida fetiche -jejeje, no se puede contar, pero es barata- y fumando una pipa de la paz -al lado de casa por si nos perdíamos-.

Sí, la mudanza genera estrés, te arruina y te llevas disgustos varios. Pero aquellos que nos conozcan y se acerquen esta primavera por estos lares, podrán observar cómo la casa toma forma y nuestra relación se afianza aún más si cabe. Y si ese día no llueve -¿alguien me puede decir qué ha pasado este invierno con la lluvia?-, si ya hay sillas marca Ámbar -prestadas por algún bar- y si nos apetece a las dueñas de tan dichoso hogar, podrán observar cómo se bailan unos tanguitos en tan amplio y amoroso hogar. Dicho queda.



viernes, 19 de febrero de 2010

Mudando la casa, que no el corazón.


"No puedo vivir sin ti... no hay manera.
No puedo estar sin ti... no hay manera..."



En nueve días nos trasladamos a la que va a ser nuestra casa (y la del Banco) durante los próximos titantos años. Estamos felices y agobiadas, pero sin duda esto es el comienzo de algo más, el comienzo de algo soñado por las dos durante largo tiempo.

Poco a poco, la casa tomará nuestro aire y nuestros gustos y se irán haciendo las cosas lentamente, pero con gran gusto, que para eso lo tenemos.

"Yo me quedo para siempre con mi Reina y su bandera,
ya no hay fronteras.
Me dejaré llevar ... a "este" lugar..."

PD: Todos los que queráis ayudar, por favor, no lo dudéis. Necesitadas de ayuda nos hallamos. ¡Hala pues! (gracias en oregonés).

domingo, 31 de enero de 2010

Up in the air... ¡sí o no?


Si al menos pudiera atar con globos todas aquellas cosas que quiero trasladar de sitio, mover de mi corazón... Si hubiese suficientes globos para levantar todo lo que quiero y hacer realidad mis pequeños sueños...

Si pudiera hacer eso, sería un poquito más feliz... ¿o no?

Supongo que no hace falta llegar a ser cómo George Clooney en Up in the air, ni llevar la mochila tan cargada que me cueste levantarme e incluso respirar... Como siempre en el punto medio de la balanza está la virtud, pero es tan fácil ladearse de vez en cuando y caer hacia alguno de los extremos...

Por lo demás bien, gracias. Mientras no le haga caso a los golpecitos que exaltan mi coraçao....

martes, 12 de enero de 2010

Enamorada, hipotecada, agobiada... ¿Feliz? Hallelujah!



Hace hoy 9 meses que me enamoré y en eso estamos. Parece que aquí la niña -yo- haya descubierto el amor al resto de los mortales, pero es que yo nunca me había enamorado y aún sigo sintiendo ese cosquilleo cuando llego a casa... Y tengo claro que nosotras estamos enamoradas y aún más, que nos queremos bien.

El amor da lugar al compromiso y éste en nuestro caso ha dado paso entre otras muchas cosas a una hipoteca, la cual hemos firmado hoy. Durante 30 añitos -como no amorticemos seguiré pagando a los 65- seremos pasto del banco y ya de momento, para darnos el alegrón nos han dejado con la cuenta a cero pelotero.

Y que el banco te deje sin bragas agobia y mucho. Porque adquirir ese compromiso me impide casarme como quería -de momento- y sobre todo hacer algunos arreglos en una casa que será bonita el día que consigamos reformar a nuestro gusto, pero que de momento no da mucho más de sí.

Hasta hace un momento no me he dado cuenta de que todo esto lo hago porque quiero y es más, porque quiero compartir mi vida con ella. Que yo recuerde nadie me ha puesto una pistola en la cabeza y este agobio momentáneo sé que va a dar lugar a esa felicidad que son esos pequeños momentos que entran en nuestra vida con cuentagotas. Y sé que en el fondo, aunque esté quejosa hoy -es que la lluvia también anda haciendo de las suyas- soy más feliz que una perdiz.

Y por todo ello, porque soy feliz, porque estoy agobiada y sobre todo porque estoy enamorada, doy gracias a ... vaya, que doy gracias. Y de paso os pongo una versión del Hallelujah de Leonard Cohen que ha realizado el hermano de mi hermano postizo y abogado Juan Ortiz de Landázuri -al cual, a este paso, tendré que poner en mi testamento-. Por cierto, que el cuadro es de la hermana de mi hermano postizo... un lío, vaya. Sé que no se entiende nada, pero no me pidáis cordura en el día que he comprado mi primera casa - la segunda a efectos gubernamentales, jejeje-.

La pastilla y a dormir. Os dejo con Orris Lavazur...