viernes, 8 de abril de 2011

Cantando bajo la lluvia de mis ojos.



Llevo todo el día de lo más tiernecita. Bueno en realidad llevo así más de un mes, puede que años. En el fondo y por más corazas que me ponga soy una chica bastante moñas, sensible hasta decir basta... incluso sangrante en este aspecto. No sé, me he vuelto una floja de narices, una moñas de esas cansinas.

Lo analizo y pienso: En mi vida se conjuntan dos sentimientos que nunca desaparecen. El dolor y el amor. No siguen un orden estricto, pero ahí están. Y eso amigos, es una bomba para mi alma.

No sé si es por eso del amor o de lo otro, que hoy estoy aquí petrificada escuchando canciones e intentando que se sequen un poquito los lacrimales. Es cierto que llevo cuarenta días siendo "mujer" con un intervalo esta última vez de dos días y mis hormonas revolotean cual niño en Disneyland París, pero no sé si ésta es la única razón.

Y es por eso, porque siento mucho amor y bastante dolor también que voy a pediros un favor, amigos míos. Necesito canciones de amor - no vale nada de Los gandules y demás enemigos- , de esas que ponen los pelos de punta, de esas que me gusta bailar con mi niña, aunque a mitad de canción mi rodilla diga basta. Quiero llorar por lo que de verdad vale la pena; no por esas últimas canastas de los partidos; ni por esos últimos puntos de tenis; o peor, por esos goles -sí habéis leído bien- que dan una clasificación a cualquiera para cualquier cosa. Porque quiero que mis emociones se canalicen y no quiero ser un reguero de lágrimas cada vez que pongo la tele y dos personas se abrazan en una serie o cualquier otra chorrada. Quiero música en mis entrañas, quiero sentir que mis lágrimas admiran algo bello, así que, por favor os pido:

Que en vuestros comentarios pongáis un enlace de esa canción o canciones que hacen que todo vuestro universo se remueva por dentro. De esta forma, podré hacerme un concierto de esos que a mí me gustan y de paso pondré a prueba mi sensiblería o mi sensibilidad - aún no tengo claro por cuál de las dos me muevo en estos momentos-.

Gracias por hacerme feliz. Firmado: La llorona.


PD: Por supuesto, también pueden ser canciones de desamor. Así es la vida.

viernes, 1 de abril de 2011

La rubia, mi rubia.


La quiero. La quiero desde que tengo uso de razón. Es una persona cada vez más importante para mí y eso que siempre lo fue, siempre. Y tengo muy claro que va a seguir siendo determinante en mi vida, como lo ha sido hasta ahora.

Ella tiene la familia que uno siempre ha querido tener. Unos hijos y un marido que la quieren y ella vive volcada en ellos. Lo que llamamos una familia normal. Aunque tengan sus problemas, que como seres humanos que viven en sociedad tienen. Ella inculcó a sus hijos un amor por la familia único y, aunque discutan, al final todos se quieren a rabiar y viven ayudándose unos a otros. Y me consta que gran parte de la culpa ha sido suya.

La recuerdo cuando era más joven y yo una cría. Siempre guapa, capaz y resolutiva. Yo la admiraba porque tenía todo lo que mi familia no tenía, mucho amor por los suyos. Y eso ya entonces me fascinaba. Ahora, con unos años más a sus espaldas -yo también he cumplido alguno que otro- noto que cada vez se parece más a su madre, a mi abuela. Y eso me enternece, porque mi yaya era una gran persona.

Ella me quitó las tonterías de mi cabeza y me permitió estar un año en Guinea, cuando yo ya no era capaz de soportar lo que había por casa. Ese año fue muy importante para mí y ellos me lo dieron todo. No tenían por qué hacerlo, pero lo hicieron.

Y me consta que hubo un tiempo de incomprensión por ambas partes. Lógico. Tal vez si hubiera confiado más en ella en una época crítica de mi vida.... Pero ahora ella comprende y yo comprendo. Y por eso también la quiero.

Hemos discutido mucho, muchísimo. Hubo una época en que le di más de un disgusto. Digamos que mi genio y el suyo chocaban o más bien... explotaban juntos. Pero siempre lo hemos resuelto. Ella tenía que domar a una persona que estaba desbocada y yo tenía que saber cuál era mi sitio en esta familia que me he montado alternativa. Ahora puedo decir que lo hemos logrado.

Y desde que mi vida dio un giro y me enamoré de la persona que amo, me dio todo su apoyo incondicional. Ella y su familia, que tiene un marido y unos hijos que son para mí como mis hermanos. Me guía y me protege como si fuera una de ellos, porque así lo hemos querido.

Ella es mi madre, la madre que yo he escogido para contarle las cosas como haría una hija con su madre. Es sangre de mi sangre y además me quiere. No puedo decirlo de toda la gente que pertenece a mi familia, pero de ella puedo asegurarlo.

Se llama Maricarmen, es la hermana pequeña de mi madre. Es mi tía. Es la rubia que dejaba -y deja- impresionado a todo el mundo con su generosidad, en Guinea antes y en Madrid ahora. Es mi rubia también. Una rubia a la que quiero con todas mis fuerzas.


PD: Y de canción... Una de su época, que me encanta.