jueves, 28 de noviembre de 2013

2013. Año de pérdidas y de ganancias.


                                                                    Justine Brax



Una nunca sabe cuándo va a tener que decir adiós alguien y actualmente la sociedad no nos prepara para vivir los duelos como algo natural. Este año han sido muchas las pérdidas, muchos duelos que manejar y que aún trato de sobrellevar.

No supe cuánto quería a mi madre hasta que la perdí. Bueno, en realidad sí que sabía que la quería, pero había borrones y rencores que me impedían verlo así. No soy de las que piensan que si alguien muere hay deber de adorarle, pero mi madre era mi madre y ese dolor siempre estará ahí, acompañándome.
Hasta casi su último ingreso no me di cuenta de su sufrimiento, porque sólo podía ver el mío. Éramos diferentes, muy diferentes, y había cosas que no me gustaban de ella, pero de otras siempre he sacado pecho y he dicho: ¡Esa es mi madre, con dos ovarios! Las últimas semanas se redimió y me dio una lección de coraje y de dignidad que nunca voy a olvidar. Es, entre muchos, el legado más preciado que me queda de ella.

A partir de su muerte, las pérdidas han sido continuas. Unas físicas, otras sentimentales... Hay situaciones vitales en donde de verdad se ve quien te quiere y quien no. La muerte de un ser querido, la enfermedad, el dinero, el ser "diferente" a los demás... Si mezclamos todo esto en un período corto de tiempo, en seguida una se da cuenta de que hay gente que te quiere bien y otra que no. Este año "he perdido" a casi toda mi familia de Zaragoza (algo que aún hoy no alcanzo a comprender y que ya no quiero intentar hacerlo). Hay amigos que se han distanciado o no han estado cuando les he pedido ayuda... Todo esto me ha generado duelos que en ocasiones no he sabido gestionar bien. Pero no soy tonta y voy aprendiendo.

Si algo he sacado bueno de todas estas situaciones es que una pérdida puede conllevar una ganancia. Y sí, en este nefasto año 2013, no todo han sido pérdidas. He ganado otras amistades (a veces la amistad no se mide por el tiempo que hace que existe esa relación, sino por la intensidad de los momentos vividos) y he podido corroborar que las personas que me quieren, me quieren muy bien. Y sí, quiero que termine este año cuanto antes, porque aún siguen pasando cosas que son difíciles de asimilar, pero ahora tengo herramientas que antes no tenía. Voy a salir fortalecida de toda esta situación y  con una "yo" fortalecida hay que andarse con cuidado. No le deseo mal a nadie, pero ya no soy aquella que intentaba (sin éxito, obviamente) que todo el mundo la quisiera. Soy yo y a quien no le guste, que no se suba al carro de mi vida... O que se baje, pero con un poco de respeto. Un poquito de por favor, que diría aquél.

sábado, 15 de junio de 2013

Acción sin reacción.




Acabo de borrar tu contacto en el móvil, mamá.  Hoy está siendo un día duro y la soledad y la tristeza se apoderan de mí como las raíces se apoderan de la tierra y chupan de ella.

En menos de dos meses todo ha cambiado. No teníamos la relación más perfecta, pero me he quedado huérfana y así lo siento. A mi padre lo "perdí" hace años, no sé si alguna vez lo tuve, luego te fuiste tú y ahora esto...

Es hora de cambiar, es hora de reinventarse. Y soy fuerte, sé que voy a poder. Cada vez me sobra más gente y cada vez sobro menos yo. Estoy aprendiendo a quererme y a saber despegarme. Tal vez sobre Corde, pero no sobra Paloma. Voy a seguir pensando y voy a actuar en consecuencia, pero no voy a reaccionar, ya no, quiero serenarme.

Lo que tenga que ser será... Todo y nada... Y viceversa. Corde decía algo parecido a eso. Yo no lo tengo tan claro. Quiero ser una mujer llena de matices. Quiero ser.



miércoles, 24 de abril de 2013

LLANTO POR MARIÁNGELES TEJERO GIMÉNEZ







No, no eran las cinco de la tarde, nos dejaste dos horas antes. Y no te mató un toro, como el poema de Lorca que tanto adorabas, sino el dragón de San Jorge. No pudo ser, mami, no pudo ser... La persona más fuerte y vitalista que he conocido, sedujo al dragón y se fue con él.

Te fuiste con una sonrisa picarona, como sólo tú sabías sonreír. Un regalo para el final. Te marchaste sabiéndote querida por todos, recibiendo besos, sonrisas y caricias. Y no te quejaste, aún sabiendo que eran los últimos momentos y el dolor era muy fuerte. Nos dejaste con dignidad, igual que viviste.

La mujer de las mil vidas, la artista, la cuasi madrileña castiza. ¡Genio y figura! Chula pero con gracia, tanto en las maneras como en las formas. Has mirado a la muerte como miraste a la vida, cara a cara y con determinación.

Hábil con las manos, inteligente, artista... Tú no decías "te quiero", el amor lo demostrabas con tus manos. Con tus comidas, con tus vestidos, con tus cuadros, con tu música... Eras tan inteligente y fuerte que lograste  que tu cuerpo se buscase la vida casi 10 años, para salir de cada traspiés. Esta vez, tu maltrecho cuerpo ganó a las ganas. Pero antes, sabia tú, quisiste arreglar cuentas con todos y tuviste una palabra, un gesto, para cada uno de tus seres queridos.

Cada vez que vayamos al teatro, cada vez que veamos una pintura bonita, cada vez que escuchemos un piano o una zarzuela... Cada vez que comamos bien... Siempre te vamos a recordar por estos pequeños detalles. Ya sabes que para los grandes no habrá consuelo, nuestro corazón se romperá un poquito.

Tu marido, tus hijos, tus nietos, tus hermanos, tus sobrinos, tus primos, tus tías, tus amigos, Ara... Todos te echamos ya de menos y no olvidaremos que fuiste una mujer luchadora, adelantada a tu tiempo, independiente y muy digna. Gracias por los “te quiero” que no escatimaste en el último momento.

No fue a las cinco de la tarde... No pudo ser. No había ningún toro, sólo la inevitable muerte. Y sí, se  pararon los relojes y se nos paró la vida un instante.  No eran las cinco de la tarde y no te mató un toro, te mató la vida.  Pero el dolor es el mismo y aunque sigamos leyendo en Navidad "Llanto por Ignacio Sánchez Mejías" nadie, nunca, lo recitará como tú lo hacías.

Mil besos, mami. Te queremos.