martes, 24 de noviembre de 2009

jueves, 12 de noviembre de 2009

40 años no es nada...


Esta semana se han cumplido 40 años del comienzo de Sesame Street. Barrio Sésamo (el ejpañol) empezó un poco más tarde, en concreto hace 33 años. Ese programa es mi infancia, es inevitable sonreír cuando recuerdo cómo, cada tarde, con la merienda, me sentaba en el suelo frente al televisor y me empapaba de Coco, Epi, Blas, la Rana Gustavo, la gallina Caponata, Espinete, Don Pimpón, etc, etc, etc. Aún a veces sale mi vena más rebelde y les digo muy sencillamente a los niños: - A ver, esto es cerca, esto es lejos...-

Pero sin duda lo que más he llevado conmigo a lo largo de estos 30 años son los gags de Epi y Blas. Por supuesto jugaba con mi hermana -o sola, porque escucharme, ella, no me escuchaba mucho- y mi tata hacía de Blas y yo de Epi, naturalmente. Yo era la que daba por saquete - siempre ha sido así- y ella era la autista -idem, eadem, idem-. Yo contaba ovejitas porque no podía dormir y era fantasiosa, mientras ella era pragmática, toda una pequeña literata y parada, muy parada. Y así crecí.




Aún tengo un muñeco de Epi que me recuerda quién fui y quién sigo siendo. Aún disfruto imitándoles, aunque mi hermana hace tiempo que no me sigue el juego. ¡Qué recuerdos! ¡Qué vida aquella! Brindo por otros 40 años.