lunes, 30 de marzo de 2009

La yaya.

18 de Abril 1976: Mi abuela (y madrina) y yo en mi bautizo.

Siempre he recordado a mi abuela (yaya) con un especial cariño. Murió cuando aún no había cumplido los 10 años, pero se ocupó mucho de mí durante mi infancia.

Mi yaya se llamaba María del Carmen (Carmen es mi 2º nombre), pero todos la llamaban Maruja. No preguntéis porqué, no lo sé. Era fuerte, dinámica... divertida cuando tenía que serlo y también tenía su genio. Ya era viuda cuando yo nací, pero siempre estaba haciendo cosas. Era muy artista, pintaba, tocaba el piano y cocinaba de miedo. Sus albóndigas y su sopa de puerros pasarán a la historia.

Mi abuela tenía dos ahijadas que yo sepa: Mi prima Aurora y yo. Las que salimos en la foto.


La suerte que yo tenía es que la yaya vivía en Zaragoza y aunque viajaba mucho, la veía bastante. Vivía a dos minutos de mi casa y me encantaba dormir allí, aunque no lo hacía muy a menudo.

Recuerdo que la yaya me enseñó a nadar y a tirarme de cabeza. Claro que también recuerdo cómo me hacía llorar cuando me quitaba la trenza después de bañarme en la piscina y me peinaba.

Se pilló un gran disgusto un día que nos fuimos a cortar el pelo y yo me desmayé. Sé que lo pasó mal. Y tampoco le hizo gracia que con seis años (por error), me tragara una peseta mientras jugaba con mi prima y mi hermana en su casa. Recuerdo que me intentaba hacer vomitar y no había manera.

Recuerdo todos los días de piscina en el Stadium y siempre que se bañaba yo me bañaba con ella. Me ponía crema y me cuidaba también en la playa.

La yaya fumaba mucho y eso no me gustaba nada. Un día tuvo una trombosis y tras pasarlo muy mal, se recuperó un poco y nos dimos cuenta de que ella por naturaleza debía de haber sido zurda.Y me hizo mucha gracia porque yo soy la única zurda de mi casa.

Un día de verano, el 2 de agosto de 1985 (el Santo de mi madre), la yaya estaba en la terraza de casa con nosotros. Después de la trombosis se quedaba en mi casa y dormía en mi habitación. Recuerdo que me mandó a por tabaco abajo. Yo le dije que no debía de fumar, que los médicos se lo habían prohibido y me enfadé con ella. La verdad es que no recuerdo si le llegué a comprar el tabaco o no. Creo que sí. Estando en la terraza, dijo que se iba un momento al cuarto. Cayó en mi habitación de golpe y el grito de mi hermano fue desgarrador. La llevaron al hospital, pero al rato murió.

Recuerdo que no podía dejar de pensar que se había muerto mientras yo estaba enfadada con ella. No sé si le demostré cuánto la quería, no lo recuerdo. Aún hoy, no puedo evitar pensar que nos "despedimos" enfadadas y me mata la rabia. Porque la quería muchísimo.

Esa noche la pasamos con nuestros abuelos paternos en su casa. No nos dejaban llorar a mi hermana y a mí (los demás no sé dónde estaban) porque hacíamos mucho ruido. Recuerdo que en la tele salía José Luis Moreno en el programa "Entre amigos". Desde entonces odié a aquél tipo y a mis abuelos paternos. Y no pude dormir.

Al día siguiente no me dejaron ir al entierro. Era demasiado pequeña, decían. Vi su esquela en el periódico. Pero a la yaya no la vi nunca más.

Y siempre me acuerdo de ella, aunque no lo diga en alto. Siempre la recordaré en bañador, a veces con su gorro, enseñándome a nadar. Sé que me quiso un montón, más que mucha gente en mi vida. Y yo la quise a ella. Me habría gustado haberla tenido un poco más de tiempo. Pero no pudo ser y tengo sus recuerdos. Es lo que me queda.

PD: Por cierto nació un 31 de marzo de 1910. Mañana haría 99 años. Lindo número, pero utópico.

(EDITO)... Hoy, día de su aniversario he descubierto que mi yaya era aún más especial de lo que yo pensaba. No sabía que se enfrentó a sus padres para poder casarse con mi abuelo y que durante años, no fue bien vista por gran parte de la familia. Mi abuelo era de familia humilde y en una casa tan elitista como la de ella debió de ser complicado. Así que dijo: -Ahí os quedáis-
Y tampoco sabía que mi abuela trabajó para traer más habichuelas a la mesa. Fue costurera.
Y aunque lo pensara, porque lo sentía así, no sabía que ella decía que le hubiera gustado nacer en otra época, más adelantada, con más libertades para las mujeres. Y es que hoy he descubierto más cosas de mi abuela. Y nunca deja de sorprenderme. He hablado con una de sus hijas y con una sobrina esta tarde. Y las dos me han emocionado por ese amor incondicional hacia ella. Si antes me sentía orgullosa, ahora no quepo dentro de mi orgullo. Soy nieta de mi abuela.

12 comentarios:

  1. Yo solo he conocido a una de mis abuelas, pero pude disfrutar de ella unos 20 años. Los abuelos son tan importantes para los niños. Nos enseñan muchas cosas y nos miman de una forma que solo ellos saben hacer. Es un cariño muy especial.
    Mañana, en el aniversario de su nacimiento, tomate algo en su memoria. Aunque que mejor homenaje que este post.
    Un beso muy fuerte.

    Pd. ¡Qué guapa estás en las fotos!

    ResponderEliminar
  2. Los recuerdos que tengo de mis abuelas no son tan agradables como los tuyos. Nunca he acabado de entender por que eran así las cosas o tal vez sí.
    A veces ocurre que cuando quieres a alguien y se te va, te preguntas si sabía cuánto lo querías. Creo que utilizamos mecanismos de "agarre" con el ser querido. Necesitamos pensar y recordar a esa persona y vamos intercalando recuerdos agradables con sentimientos de culpa por nimiedades. Es una manera de hacer balance y de no olvidar, aunque sea doloroso. La añoranaza es tanta que se ve envuelta en un halo de culpabilidad.
    También he ido aprendiendo que la culpa es libre , como el miedo, y cada uno coge la porción que quiere. Para bien y para mal.

    En fin, que ya he usado bastante filosofía de cocina por hoy.
    Corde me hubiera encantado nadar con mi abuela. Disfruta de tus recuerdos, valen su peso en oro.
    Besets

    ResponderEliminar
  3. Me he emocionado con el relato de tu yaya, yo solo conoci a una y no me pude despedir de ella, me enseño muchas canciones de su epoca y hasta a hacer ganchillo.
    Recuerda aquello que te hacía feliz, quedate con los recuerdos buenos y desecha el arrepentimiento y la rabia por haberte "despedido" estando enfadada.
    besitos. keko ;)

    ResponderEliminar
  4. Hola Corde:

    Yo no tengo recuerdos especiales con los abuelos..sencillamente porque a los maternos no los conoci,y los paternos vivian en otra isla.El tiempo compartido es poco.

    Leyéndo he recordado momentos especiales que vivi con mi padre(estos dias ha sido su aniversario)...cuando mamá fue a dar a luz del tercero de mis hermanos,nosotras mi hermana y yo,nos quedamos en casa con mi padre.

    Siempre recuerdo una noche,que para cenar..nos hizo una tortilla(entendía poco de cocina..pero te juro que aún recuerdo su sabor..estaba riquisima¡¡¡¡¡

    Una de las mejores tortillas que he probado nunca..y hace muchos años de eso.
    Siempre le recordaba,lo ricas que eran...sabes su contestación?..eran tan buenas porque las hacia con amor...

    Yo lo recuerdo con amor...y cuando alguna noche se la hago a la peque..siempre me vienen a la mentes sus palabras.

    Me enseñó que con amor,todo es mejor.

    Muy lindo tu relato..y sobretodo lo que significa...estoy contigo.

    Besitos.

    ResponderEliminar
  5. Yo no tengo recuerdos tan bonitos de mis abuelas, bueno, a una no la conocí y la otra aún vive, pero no es una abuela al uso. Es mi abuela porque es la mama de mi mama, pero no ha ejercido como tal. Pero que conste que yo no la guardo rencor por ello, para nada, ella es así. Para mi es una heroína, pues ha parido siete veces sola y ha trabajado como una mula desde bien joven para sacarlos a todos adelante. Y con un marido que la ayudó muy poco.
    En fin, que la quiero a mi manera y no me importa que no me haya besado o mimado, o que apenas hayamos pasado tiempo juntas. Con veintitantos nietos no era para exigir la exclusividad.

    Bonito post Acorde.

    ResponderEliminar
  6. Preciosos recuerdos y precioso relato. Te doy muchas gracias por compartirlo con nosotros. Es curioso como de niños se nos quedan improntas, recuerdos de nuestros sentimientos que ya no varían a lo largo de la vida.

    Recuerdo en una ocasión en que hice burla a mi abuela de una manera despiadada. Sentí tanta pena que aquél momento se me quedó grabado. Un día, muchos años después me obligué a pedir perdón. Ella ni siquiera recordaba mi"terrible ofensa" que tanto me había torturado. Supongo que siempre prevalecen los buenos recuerdos, sobre todo en las abuelas.

    Un abrazo enorme.

    ResponderEliminar
  7. Querida Ani: ¿Hasta los 20? ¡Qué suerte! Los niños que son guapos de pequeños de mayores... ejem.
    Un besito, mi niña.
    ___________________

    Suzanne, ¡qué grandes verdades dice!En mi caso, predomina el amor que me tenía mi abuela a mi "culpa". En ese caso no creo que exista ese mecanismo, pero si yo le contase, querida...
    Petonets
    __________________

    Keko!!! Bienvenido, ha sido una grata sorpresa. Mi abuela también me enseñó a hacer ganchillo, pero se me daba tan mal...
    Me quedo con lo bueno, por eso me gusta hablar con usía.
    Un abrazo.
    _________________

    Querida Luisa: Su relato me ha conmovido. No puedo decir más. Olga debe comer tortillas muy ricas, estoy segura. Gracias por todo.
    Un besico maño.
    ________________

    Sue, mi abuela tenía 20 nietos (si no me dejo a nadie) y un hijo discapacitado. Y se ocupó de todos cuanto pudo. Viajaba sin parar. Viajó a Liberia, al Ártico, a Canadá... Cualquier cosa para estar con sus hijos y sus nietos. No pudo tener la misma relación con todos, es obvio, pero todos le guardamos un cariño especial.
    De todas formas lo de su abuela es para quitarse el sombrero. Al fin y al cabo la mía trabajaba en casa y nunca le faltó de nada (creo).
    La echaba de menos. Gracias por sus comentarios.
    Kisses.
    ____________________________

    Ulysses, las improntas en la infancia quedan para lo bueno y para lo malo. Porque a veces lo malo es muy malo.
    Yo me quedo con todo de mi abuela,desde sus achuchones hasta con mi último cabreo con ella. Así la siento más real.
    Cuando somos niños, sentimos nuestros desplantes como los más importantes del mundo. Y ellas igual ni se enteraban. Seguro que mi abuela se reía de mi enfado, pero no logro recordarlo.
    Gracias por contar también un trocito de su vida.
    Un besazo (beso más abrazo).

    ResponderEliminar
  8. Bueno, yo sólo quiero decirte dos cosas:

    1. Que al leer tu historia con tu abuela me he acordado mucho de los míos...

    y 2. que me he mudado a protonovelas.blogspot.com, que está un poco solitaria y vacía de momento, pero que lo voy a ir arreglando poco a poco.

    Un besito.

    Lost.

    ResponderEliminar
  9. Es inevitable que los recuerdos vengan a nuestra mente, tanto si son buenos, como si no lo son tanto.

    Tengo varios recuerdos de mis abuelos:
    El primero, allá por el año 89, apenas con dos años, jugando en el "parquecito" para bebés. Mi abuelo me miraba, en el fondo sé y siempre lo sabré, que fue un gran hombre, de pocas palabras, pero todo lo que decía, le ponía el cariño suficiente para que pudiera ser
    recordado.

    Mi otro abuelo fue para mí una de las personas más importantes en mi vida, gracias a él descubrí algo por lo que cada día me levanto más entusiasmada. Con él he compartido momentos ¡hasta me hizo una piscina! En verano me regalaba amapolas que plantaba en aquel campo ¡qué recuerdos!

    Con él he viajado mentalmente a París y he de decir que fue para los dos una gran experiencia, mi mirada no podía apartarse de aquella cara con una sonrisa dibujada de oreja a oreja.

    Me ha encantado el post Corde.
    Besos.

    ResponderEliminar
  10. Ahora ya sé a quién has salido tú, corde querida.

    Me gusta mucho, mucho, mucho este post.
    Por el amor que desprende y por el hecho de que nos hayas traído cosas bonitas de tu niñez para compartirlas.

    Hasta muy pronto.

    ResponderEliminar
  11. Miricha, qué buenos recuerdos. Me ha encantado que se pasara por aquí.
    Bisous.
    ______________________

    Yo creo que he salido un poco engendro, Mari, querida.
    Lo que no conté, porque esperaba a que su merced comentara, es que tras la muerte de mi yaya, nos fuimos toda la familia (mis tíos y sus ocho hijos y nosotros, en total 18) a Salou, a pasar 21 días en un hotel.
    Desde entonces mi tía piensa que Salou es un paraíso (no viaja ya mucho, jejeje) y yo siempre recuerdo aquel verano, que comenzó yéndome por primera vez de campamentos, siguió con la muerte de mi abuela y terminó con mi primer baile en la discoteca del hotel con el "Life is life" de Status Quo.
    Nos vemos en el "paraíso".

    ResponderEliminar
  12. Olvidé decir que mi abuela tb es mi madrina y que ahora está enfermita, se consume, así que desde aquí: UN BESO ABUELA INÉS.

    ResponderEliminar