martes, 6 de enero de 2009

Madriz, ciudad del mundo.

Me gustaría poder contaos mi viaje por Madrid con pelos y señales, con la habiliadad de Davidik, el ritmo de Sue y la precisión de Norma, que en dos palabras dice todo. Pero hoy estoy empanada, con un incipiente virus atacando a mi cuerpecillo ya maltrecho y casi sin ganas de contar nada.

Ha sido un viaje raro, divertido en ocasiones, extraño en otras... No he podido ir ni al teatro, ni a un concierto, ni siquiera al cine. Eso sí, he podido ver a los amigos y a parte de la familia, que es lo que importaba. Y he concluído que una visita al año es demasiado poco para mí, así que le pondré remedio.

Como no tenía tiempo, he tenido que ver a varios grupos en un mismo día y todos mezclados, lo cual en ocasiones me estresaba, en otras me sentía perdida, aunque a su vez fue divertido. Supongo que los que estuvistéis allí me entendéis. En menos de cinco horas me reuní con dos amigos blogueros, con una amiga y su novio en un bar; me reencontré con otra amiga de cuando trabajaba en los madriles y su amigo y cenamos todos juntos; vino mi prima, y nos fuimos a un bar llamado Blue Note (jajaja); conocí a otra amiga bloguera (Sue) y a una amiga suya... Todo bien hasta que robaron a Ani y se tuvo que ir. Después aún cayó otro bar entre ochentero y noventero -¿se dice asín?- y a casita... a dormir con mi prima que no duró ni un asalto, mientras yo le hablaba de la noche en cuestión. Una noche difícil de explicar, pero bonita.

El viaje tuvo su lado bueno y su lado un poco más tristón. El domingo de entierro en lugar de ir al rastro, Latina y cine. Nadie elige cuando morirse, pensé. Y poco más, la verdad. Bueno sí. He visto a mi sobrino Carlitos, que es un amor y he vivido con él la ilusión previa a la visita de los Reyes. ¡Qué inocencia! El muy bendito aún no sabe lo que se está viviendo en Gaza y en un montón de sitios donde morir es el plan de algunos niños para esta noche. En estos momentos, mientras escribo, los "Reyes" dejan sus regalos a unos, mientras otros mueren por culpa de otros "Reyes". Son los reyes del poder, del contrabando, de la casa (uno no está seguro ya ni en su casa)... Ya sé que no tiene que ver con el viaje, pero es la una de la mañana, se me ha pirado la pinza -igual no, advierto- y el mundo sigue siendo una gran círculo, viciado por grandes cabrones.

6 comentarios:

  1. Te entiendo Corde,a veces los viajes no se presentan como uno quisiera,los imprevistos trastocan..los planes.
    Lo importantes es disfutar de los amigos..aunque sea poquito tiempo,y con conversaciones a muchas voces.
    Uno de mis últimos viajes a La Coruña,pretendia ser una reunión de dos grandes amigas..al final se adelantó,unas semanas antes de lo previsto...su madre falleció.Así,que me tocó,coger varios aviones..horas de espera en la terminal 2..y llegada al destino,después de casi 10 horas...directa al tanatório.Estuvimos juntas..estuve con ella..

    Recuperate,Corde.Besitos

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  2. Para mí Madrid era, hasta hace poco:
    Museos, carteleras de cine, marquesinas de teatro, museos, tiendas en la calle Fuencarral, museos, el local de la hija de La Bardem en Chueca, El Retiro, museos, árboles decimonónicos, churros en San Ginés, museos, el Rastro, el Madrid de los Austrias y el de los libros de Pérez Galdós, museos, Joaquín Sabina...y museos.

    Ahora, desde el verano para acá, Madrid significa también para mí...AMIGOS.

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  3. Lindo post, Acorde, y siento la parte triste de tu viaje.
    Qué bonito es Madrid visto por los que no viven acá!

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  4. Madriz es la ciudad más más excitante y más extresante del mundo al mismo tiempo.

    Cuando Sabina escribió la famosa canción "Pongamos que hablo de Madrid", en realidad era una descripción bastante gris de la capital. Al final decía "cuando la muerte venga a visitarme, que me lleven al sur donde nací...".

    Años después (ya siendo un vecino más de Tirso de Molina), cambió ese final por: "Cuando la muerte venga a visitarme, que me entierren aquí donde viví, aquí he vivido aquí quiero quedarme...".

    Y es que Madriz tiene algo de adicción. Y no es amor de padre...

    También es verdad que caminar desde la Puerta del Sol hasta Recoletos puede resultar una experiencia tan bonita como mentalmente agotadora. Una amiga mía decía que Madrid es subterránea, que conocía su barrio y el Metro.

    Yo he llegado a tardar (en alguna fecha puntual) 2 horas en atravesar la Gran Vía, desde Plaza España hasta la Castellana.

    Corde, creo que su visita ha sido tan agridulce como lo es esta dichosa/maldita ciudad. Quédese con lo bueno.

    Un beso.

    PD: Por no hablar del templo más importante del mundo... el Estadio Vicente Calderón.

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  5. Julien: Estuve frente al Calderón, sí, pero es porque el entierro era en el Cementerio de San Isidro. De todos modos conzco Madrid como visitante, como ciudadana trabajadora, como... Pero vamos, que me quedo con la que me llama al reencuentro con los amigos y la que me llena de experiencias culturales.
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    Sue: Yo he vivido entre Tetuán y Argüelles durante más de un año. Recuerdo que nunca fui al teatro (trabajaba de tardes), ni a los museos... La comprendo porque lo he vivido, por eso me gusta sólo visitarla.
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    Maritornes: Para mí Madrid comenzó siendo familia, después cultura, con los años amigos, con el tiempo trabajo... Me quedo con todo excepto con lo último.
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    Luisa: La gente me preguntaba que por qué me sentía obligada a ir al entierro, porque no era de un familiar cercano. Pero era la madre de un tío mío que se porta con toda mi familia muy bien y había que estar. La vida incluye muerte, es inevitable.

    Un besico a todos.

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  6. Corde, compi... ¿qué tal la vuelta al cole? Yo, con el lógico bajoncillo postvacacional inicial, la verdad es que estaba deseando volver al trabajo.

    Echaba mucho de menos a esas fierecillas...

    Un beso.

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