viernes, 16 de enero de 2009

Ya casi no recuerdo...

cómo quedaba con mis amigos cuando vivía en Guinea. Sólo sé que no había teléfonos, así que supongo que quedábamos como antaño, es decir, quedando de un día para otro o pasándonos por sus casas.

Ahora, en la era de la comunicación, donde todos estamos localizados a todas horas, echo de menos aquellos días. Pero sobre todo, los echo de menos a ellos. Algún día podremos volver a vernos y, aunque sé que todo ha cambiado, espero poder hablar con ellos como lo hacía a mis dulces -ejem- dieciséis.

Añoranza, bendita maldita añoranza.

6 comentarios:

  1. Hola Corde:
    ¿Sabes?...yo casi siempre la añnranza o la nostalgia la asocio con recuerdos cariñosos,entrañables..como has hecho tú en tu post de hoy.Recuerdos de niñez,de juventud,de amigos,de aromas..e icluso de ciudades.

    Añoramos aquellas pequeñas cosas,o amistades..que nos hicieron felices...aunque sólo fuera unos momentos...esos recuerdos imborrables quedan simpre en el alma..

    "Queda entonces para mí el convencimiento que somos seres para el dolor. El nacimiento es dolor, el desgaste es dolor, la enfermedad es dolor, la muerte es dolor,la ausencia de los seres queridos que ya han partido es dolor,los dias ya pasados es dolor .Y cuando aprendemos a vivir, toca morir"

    Añoranza..es melancolia?..es tristeza?

    Besitos.

    ResponderEliminar
  2. Las frases entrecomillas,que te he puesto son de Pablo Neruda.

    Bonita reflexión..y cierta.

    ResponderEliminar
  3. No sé si entendí tu entrada de hoy... Guinea dices?

    ResponderEliminar
  4. Yo me voy a poner más positiva, en plan: cada momento tiene que morir para nazca uno nuevo. Aunque para ello tenga que copiar a Bucay.
    Es lo que tiene llegar de madrugada a casa y no tener demasiado sueño.

    Yo tb añoro: personas, momentos, ciudades, sensaciones, sabores... es bueno añorar, eso significa que no olvidamos, pero no es bueno quedarse demasiado tiempo metido bajo el edredón de la añoranza, aunque se esté caliente, porque nuevas aventuras nos esperan. Siempre.

    Bs!

    ResponderEliminar
  5. Estoy completamente de acuerdo con Sue... mi propia experiencia me dice que si te quedas anclada en recuerdos no puedes avanzar. Son lastres dulces, pero hay que dejarlos atrás.
    Muchos besos niña

    ResponderEliminar
  6. Me voy a posicionar con Sue y Norma. Si fuera capaz de asociar siempre nostalgia y felicidad como plantea Luisa, sería estupendo. Pero es que a mí la nostalgia, además de ponerme triste, me pone de mala leche, con perdón.

    No es que no sufra ataques de melancolía alguna vez, no. Claro que los sufro. Pero intento pasar página rápidamente.

    Me vienen a la memoria esas reuniones que a veces (porque no tenemos manera de escaquearnos) tenemos con viejos amigos a los que hace mucho que no vemos. Siempre acabamos contando batallitas, riéndonos cada vez con más tristeza y terminando las anécdotas con un resignado: "en fin... ¡qué tiempos!".

    Ese tipo de reuniones le quita a uno meses de vida. Menos mal que aguien inventó el alcohol para soportarlas.

    Un beso alegre, sin nostalgia.

    ResponderEliminar