viernes, 9 de enero de 2009

Bandera roja

   
   Cerró los ojos tras ver la bandera roja, ésa que le señalaba hacia la pérdida segura de su alma, de su cuerpo, de todo lo que una vez soñó. Y mientras los cerraba, lo vio claro. Toda su vida estaba basada en la negación más atroz de sí mismo, de los demás, del mundo. Se había escudado tantas veces en las apariencias, en el deseo de agradar e incluso en el ya no tan eficiente capitalismo, que todo había perdido su sentido. Ahora se encontraba desnudo ante la muerte social, que le resultaba más desagradable que si le hubieran frito los sesos con descargas eléctricas. 

   Abrió los ojos y con un nudo en la garganta susurró: - No me dejes solo- Pero nadie le oyó esta vez. Las lágrimas eran inútiles, ya que estaba ahí, de pie, desnudo y expuesto como un perro callejero en mitad de algún sitio, tras cristales blindados. Ni le oían, ni le veían con suficiente nitidez. Comenzó a gritar desesperado, hasta que se quedó mudo, con la voz rota y el corazón latiendo arrítmicamente.

     Arrastrándose unos metros, llegó hasta la bandera y la arrancó con fuerza. No sabía qué iba a ocurrir después, mas la retiró con tal ímpetu, que notó un crujido en el hombro. Extasiado, quedó tumbado evidenciando la derrota social, física y moral del despojo humano en que se había convertido. 

   Y ella se acercó por fin, le dio una bandera verde y le dijo: - Ahora ya sabes porqué me necesitas. Vuelve a mi lado-. Y como un bebé, él se dejó mecer con una sonrisa en los labios.

   Descubrir cómo una persona casi muere si su tarjeta de crédito queda anulada no tiene precio. Para lo demás... Mastercard.

8 comentarios:

  1. Suele pasar cuando se estira más el brazo que la manga y encima es para aparentar.
    Al común de los mortales, tales pequeñas muertes les suele ocurrir en el mes de enero, por la cuesta, pero como no basan su buen nombre en el número de tarjetas ue tienen, no sufren tanto. Ya pasará.
    Prudencia... y paciencia, que es la madre de la ciencia.

    ResponderEliminar
  2. Es un relato así en general, fruto del insomnio de anoche. No se preocupe, Maritornes, no me encuentro en esa situación, al menos de momento.
    Que sí, que se me va el bolo... pero es que me hizo gracia el final.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. No...Si hablaba por mí.

    Sus sugerencias literarias son eso, muy sugerentes.

    ResponderEliminar
  4. Corde, me ha encantado su cuento. Ese giro abrupto de Ray Loriga a spot de Visa, es fantástico.

    Tiene aire cinematográfico. La chica de la bandera verde, me la imagino como Scarleth Johannson: la felicidad retratada en el rostro y una sonrisa nuclear.

    El tipo perdido, lloroso y desolado, podría ser perfectamente yo, con mi careta de Jack Lemmon (o de Jose Luis Ozores).

    Gran relato, Corde. Mereció la pena el insomnio, con todos mis respetos.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  5. Ummm... sorprendente sí señor. Qué chulo ;-)

    ResponderEliminar
  6. Uy..Corde...me encanta ese humor tuyo(aunque tu digas que no lo tienes)...y ese tono irónico...del final,mola.Grandes verdades.

    Bendito el insonnio.Me encanta leerte.
    Besitos.

    ResponderEliminar
  7. nO sabía que eras maestra de EF. Yo estoy estudiando INEFC.. PERo no sé hacia donde irá mi vida.. si hacia la docencia, el rendimiento, la gestión.. TODAVÍA ANDO MUY VERDE EN ESE SENTIDO

    bESOS

    ResponderEliminar
  8. A mi me lo vas a contar, recuerda que no tengo tarjetas, ni documentación alguna, desde hace ya una semana, y... no se está tan mal, eh? Si pudiese vivir así no renovaba nada, pero me temo que sería casi imposible.
    Un relato muy excitante.
    ¿Qué tal has empezado las clases del 2009?

    ResponderEliminar