viernes, 9 de julio de 2010

Sin dobleces


Si alguien me hubiese contado hace un año y pico qué me depararía el futuro, le habría preguntado que qué se había fumado. Desde luego la vida me sorprendió entonces y lo sigue haciendo, aunque a veces se produzcan hechos desagradables y difíciles de digerir.

Claro que, desde el principio y por convicciones propias, lo tuve claro y no quise llevar mi relación como si fuera un delito. No deseaba tener esa doble vida que muchos eligen o se ven forzados a llevar. Por supuesto, todo tiene sus ventajas e inconvenientes.

Voy a cumplir 35 y en menos de dos meses me caso. Yo, que era de las que no quería casarse, ahora me emociono preparando cualquier cosita de la boda -aunque a veces me agobie, que ya queda poco tiempo-. Y no me caso ni por epatar, ni por llevar la contraria, ni nada por el estilo. Me caso porque quiero a mi pareja, porque me da la gana y estoy en mi derecho. Y a quien no le guste que se vaya rascando. Mucho me temo que ya hay varios que se están dando de golpes contra la pared. Es su problema.

El caso es que el otro día, hablando con una amiga de siempre, que también tiene una relación con una chica, me sorprendió la "cautela" con la que lleva su vida. Como si todavía estuviéramos con Paco de mandamás o nos fueran a quemar en hogueras... Me entristecí mucho por ella. Vive su relación a escondidas, se mueve por bares de ambiente y aunque todos saben, ella calla. Yo no podría vivir una relación así, no va con mi carácter. Desde luego es respetable, pero a mí me encanta pasear con mi mujer de la mano y abrazarla como hacen las parejas "convencionales". Y creo que mi amiga nunca podrá vivir así, porque no se lo permite a sí misma. Y se pierde parte del encanto.

Estoy convencida de que conocer a mi pareja ha sido lo mejor que me ha pasado en esta vida. Estoy orgullosa de ella y también de nuestra relación. Hay respeto, cariño, amor, admiración -a sabiendas de que no somos perfectas- y mucho apoyo. He madurado mucho gracias a ella y creo que ella también es una persona más completa desde que estamos juntas. No llevo doble vida y soy sincera conmigo, con ella y con el resto del mundo. Aunque les duela a algunos y otros no lo soporten. No se puede contentar a toda la gente y además es muy aburrido.

Y me pregunto: ¿A quién le importa?




7 comentarios:

  1. Cordecariño:

    Aquí estamos las dos, "con la mecedora" como dice nuestra amiga M. , mirándonos y admirándonos.
    A lo mejor resultamos patéticas, pero es lo que hay.
    ¿Tú estás bien así? Yo también.
    ¡¡Hala pues!! (Te quiero a la maña)

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  2. Me ha encantado leer este post tan libre y sincero, tan carente de miedo. Ciertamente da gusto saber que aún hay personas coherentes y valientes, y que gracias a ellas (a ti, a vosotras), la sociedad se va enriqueciendo, porque se abre. Abre su mente.

    Ya sé que aún no es tiempo pero ENHORABUENA (no sé si te lo he dicho en otro post por ahí) y espero que este amor dure mucho, mucho, mucho tiempo.

    Maritornes: ¿patéticas? Para nada!

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  3. Oye, que lo de la mecedora creo que ya aclaré que era cariñoso y, en ningún caso, patético.

    M

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  4. Madame:

    No preocuparse! Ahora que puede que mi niña siga mis pasos con enfermedades variadas (acabamos de volver del médico, posible lupus), lo que más ilusión nos hace es tener... "la mecedora, la mecedora..."

    ¡Que sepas que nos encanta la idea!

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  5. De los años mecedora a los de taca-taca de la mano y con arrumacos!!!!!!y al que no le guste, que se lo haga mirar, o no, no es vuestro problema.
    Otro olisqueo cular ;-)

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  6. Pasea , corre , vuela. De su mano. Haz lo que te de la gana. Casate, quierete, quierela. Se feliz. Al final estareis ella y tu, las dos. ¿Quien da más?.
    Os deseo un amor sin fin. Y muchas felicidades por la boda.

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  7. La felicidad es un estado del alma, y da igual lo que os rodee y el modo en que miren los demás, vuestra visión es la única que cuenta y vuestro estado es el IDEAL.

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