miércoles, 25 de mayo de 2011

15M, 22M... ¡Mi M!


Mucho se ha hablado de política estas últimas semanas. A veces, demasiado. Mucho se ha dicho de un movimiento que nació el 15 de Mayo y que aún sigue vigente en las plazas de toda España -y espero que así siga el tiempo que haga falta-. Pero este domingo, mi mayor ilusión era ir a votar por primera vez con la persona a la que quiero y os puedo asegurar que ese momento me quedará grabado para siempre.

Sí. Sé que os puede parecer excesivo, pero os pondré en antecedentes...

Vengo de una familia de derechas, de la derecha más rancia y estática que existe. Para que os hagáis una idea, hace no muchos años, unos cuatro o cinco, una nochevieja se cantó el "Cara al Sol" después de las campanadas. Y no sólo lo cantaron mis padres... también otros familiares. Es sólo un ejemplo de cómo mi familia vive anclada en el pasado y mientras se benefician de los avances sociales, siguen reclamando a ese Franco con el que tan bien se lo pasaron. Y sé que esto lo puede leer parte de mi familia -besitos-, pero los hechos son los que son y a mí no me hace gracia ver un brazo extendido, con la mano en posición "hitleriana", mientras se canta algo que llevó a una dictadura durante más de 40 años. Y menos todavía me gusta ver que lo canta gente que ni siquiera vivió esa época.

El caso es que aunque vengo de una gran familia de militares, médicos y veterinarios -si no tienes un título universitario o aparentas tenerlo, no eres nadie entre algunos de mis parientes-, yo les salí rojilla. Vamos, que soy la oveja negra de la familia -estos dos últimos años ya ni te cuento... encima de roja, va y se casa con una mujer-, y nunca se ha respetado que opine de manera diferente. De hecho, yo hace años que no iba a votar con la familia y cuando iba, llevaba mi sobre bien cerradito -aunque nunca me he callado y he dicho a quién votaba-.

Pero este año era especial. Después de resurgir en mí la rebelde que llevo dentro, gracias al movimiento que se generó tras el 15M, mi ilusión era mayor que nunca, porque además iba a ir a votar con alguien que tiene mis mismas ideas políticas, algo que nunca había hecho.

Recuerdo el domingo 22M con mucho cariño. Nos levantamos, desayunamos con tranquilidad, nos duchamos y allá que fuimos. En casa hacía días que habíamos decidido a quién íbamos a votar. Fuera el bipartidismo, como es obvio y después a decidirnos por algún partido de la izquierda, como siempre. Por fin, tras 35 años de lucha y sintiéndome no escuchada, ni respetada, podía hablar abiertamente de mis intenciones de voto y además compartirlas con la persona que quiero. ¡Qué suerte! Y sí, os puedo decir que fue un momento muy importante en nuestra relación y muy liberador por mi parte, tras años de brusquedades por el simple hecho de tener una ideas contrarias a las del resto de mi familia.

Y lo más alentador de todas estas semanas es haber vivido con mi niña el movimiento surgido en la Plaza del Pilar, en Sol, en la Plaza Catalunya y en otras muchas Plazas de mi país. El estar acompañada, conectada, pensando lo mismo, tras cada paso que damos para ayudar a expandir este movimiento. Me siento al fin comprendida y por supuesto muy querida.

Lo siento mucho, pero nunca podría haber estado con una persona que pensara diametralmente lo opuesto a mí. Y doy gracias por ello.


PD: Que conste, que ayer pude discutir sobre política con mi padre. Parece que con los años pierde fuelle, jejejeje. En serio, me gustó hacerlo.

4 comentarios:

  1. Qué bonito, nunca le había visto un punto tan romántico al simple hecho de votar. Yo no tengo quien me quiera ni perro que me ladre, pero fui bien contento. Sin amor pero con rebeldía; para mí fue pura lucha. Siempre fui más bien pasota y descreído, pero esta vez... no sé, parecía que había algo más que el gesto gris y mecánico de votar sabiendo que no habría mucho donde rascar. Hoy parece que hay algo que arde.

    Cecil

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  2. Arreglado el vídeo de la acampada. Ya se puede ver!
    Mañana contesto, Cecil... Estoy que me caigo de sueño.

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  3. HURRA!

    En Sol sigue la lucha. Con fuerza e ilusión.

    Adelante!

    (siento lo de tu familia)

    Un beso.
    SUE.

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  4. Yo voté por segunda vez desde que cumplí la mayoría de edad. Tengo 35 así que imaginaros... para mi fue un día muy especial. Mucho (a pesar de los resultados, claro).
    Besos, muchos

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