martes, 30 de junio de 2009

ABIERTO POR VACACIONES...


... aunque sean en Mañagoza.

Al menos es mi propósito. Espero que, al tener más tiempo, tenga también más ganas y de paso le dé a la cabecita en el terreno puramente literario -como si me corriera literatura por las venas-.

Así que voy a hacer lo contrario de lo que algunos de mis queridos "sectarios" han hecho. En vez de cerrar el chiringuito, lo abro oficialmente para el estío -que nunca el hastío- y si alguien se digna a seguir encendiendo el ordenador con este calor infernal, por aquí me hallará.

Os pongo un poquito de musiquita y nos vamos leyendo,¿no?

Esperemos no derretirnos, a no ser que sea por amor.


jueves, 18 de junio de 2009

¿Un cuento más?



En un día del año 1987 nació el niño Cinco Mil Millones. Vino sin etiqueta, así que podía ser negro, blanco, amarillo, etc. Muchos países, en ese día eligieron al azar un niño Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto.
Sin embargo, el verdadero niño Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energías para su primer llanto. Mucho antes de nacer ya tenía hambre. Un hambre atroz. Un hambre vieja. Cuando por fin movió sus dedos, éstos tocaron tierra seca. Cuarteada y seca. Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas. También con el esqueleto del niño 4.999.999.999.
El verdadero niño Cinco Mil Millones tenía hambre y sed, pero su madre tenía más hambre y más sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta. Junto a ella, el abuelo del niño tenía hambre y sed más antiguas aún y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer.
Una semana después el niño Cinco Mil Millones era un minúsculo esqueleto y en consecuencia disminuyó en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado.
Mario Benedetti "El Niño Cinco Mil Millones"


Este es uno de los cuentos que leí ayer para despedirme de la clase de Lengua Castellana de Sexto. Más que un cuento, es una historia verídica que rematé comentando que cada tres segundos muere un niño (o algo así). Unos 15.000 niños sólo en África y sólo hablo de los menores de cinco años.


Ya sé que igual no es el tema más cómodo para finalizar el curso, pero los chavales -en general- ahora viven en una burbuja de superprotección que les impide ver la realidad ajena a su pequeñísimo y feliz mundo.


Así que no me arrepiento, para bien y para mal soy así. Estamos llevando a la infancia y a la adolescencia a una ignorancia tal, que si no terminan siendo robots maleducados, ni bien ni mal.


Y como educadora, me niego a ponerles vendas en los ojos. Que espabilen como lo hicimos nosotros. Igual así, incluso llega un día y maduran en esta sociedad consumista, ególatra e inmunda en la que vivimos.


domingo, 7 de junio de 2009

El beso, ese lugar al que siempre quiero llegar.


Hace unos días, una persona me preguntó cuál era el origen del beso, la historia de un acto tan íntimo y bello para muchos, pero vulgar y extravagante para otros. Ese día prometí escribir este post y dedicárselo a aquella persona y a su fascinante curiosidad.

Hace años, diecisiete si no me equivoco, estaba en el Centro Cultural Español de Malabo, en la biblioteca. Sin mucho interés, cayó en mis manos un libro sobre la historia del beso. Lo leí en un momento, ya que aquello más que un libro parecía un fascículo extra de una revista tipo Superpop. Corto sí, pero satisfizo mi curiosidad con creces. Desde entonces, siempre que doy un beso como el que plasmó Robert Doisneau en la fotografía de arriba (una de una serie de setenta), pienso en ello.

Una de las teorías del origen del beso es que la mujer del Cromagnon alimentaba a sus crías masticando la comida hasta hacerla puré, para luego pasarla de su boca a la de su pequeño. La verdad es que esta versión tiene un sentido antropológico bestial. De hecho, en algunas tribus de esas que no salen en la televisión, este acto se sigue dando, sobre todo a la hora de darles hierbas medicinales.

Otra, habla de muchas mujeres que, en la antigua Roma, se quedaban solas en la casa durante buena parte del día y bebían vino en ausencia del marido. Cuando regresaba el cónyuge a la casa, éste solía olisquear la boca de su mujer, tratando de descubrir si había estado bebiendo. Esta teoría es también muy válida, porque aquél que no ha saboreado y olisqueado a la persona que besaba es que no tiene sangre en las venas. Es un hecho inevitable, ya que en el beso se da una conjunción de al menos tres de los sentidos humanos: el tacto, el gusto y el olfato.

Supongo que teorías habrá como colores, para todos los gustos, pero éstas son las que yo conozco desde ese famoso día anodino. Y me parecen dos teorías muy válidas y entrañables a la vez.

Así que besaré siempre, mientras mi mundo afectivo quiera ser besado. Porque el beso para mí es una demostración de afecto, de amor... Y aunque sé que hay tantos significados del beso como culturas y acciones humanas, yo me quedo con este simple y llano propósito.

Y en cuanto pueda, besaré a mi amor y si es necesario le explicaré por qué empleo todos los sentidos que tengo para entregarme en este acto que parece tan banal, aunque para mí sea un hecho único.

A vosotros amigos, un beso afectuoso, casto y puro. De esos maños que a mí me gusta dar.

martes, 2 de junio de 2009

Las teorías de Watling.

Como sigo cual Frida en la foto del post anterior-sin exagerar Corde, que sólo te ha dicho el médico que tienes culo de brasileña ¿?-, me paso el día imaginando todas las cosas que me gustaría hacer y que no puedo por una u otra causa. Y como no tengo imaginación, me han dicho, se me cae el mundo encima para luego removerme entre los escombros y resurgir cual Bud Spencer dando hostias a mansalva.

Así que hoy me he puesto a pensar en una entrevista genial que le hicieron a Leonor Watling en Aragón Tv, en cómo se desnuda emocionalmente en ella, en sus "rarezas" y en su pensamiento sobre la Teoría de las Fobias Compensadas (a partir de minuto 18) que dice: El ser humano cuando ve que todo le va estupendamente siempre busca (y el que busca encuentra) algo que no lo es, para compensar la balanza. Y ya todo deja de ser maravilloso.

Perlas que se dicen en la entrevista:

"Tú eres como eras en el patio del colegio.Todos sentimos que éramos el raro en el patio del colegio".

"Cuando tienes doce años y se muere alguien, te puedes permitir ser raro. Te sientes por un lado muy superior y a la vez me puedo permitir irme de los sitios cuando me apetezca. Es una coartada para dejar de hacer cosas o para hacerlas. Y nadie te puede discutir".


"Cuando estás enamorada se para el zumbido existencialista".

"Todo te va muy bien pero compensas, todo no es maravilloso, pones las cosas en una balanza".

"Mis hermanos tienen derecho a no tener que explicar quiénes son respecto a mí si no quieren".

"Si incluyes en una amistad: -Me muero de envidia, zorra- es que todo va bien".

"¿Que vas al psicólogo? ¿Qué te pasa, no tienes amigos? Un psicólogo no es tu amigo, no va a decirte cosas para agradarte. Es como ordenar un armario".

Así que la veis y si queréis comentáis. Yo, cuando estoy de bajón o de subidón, suelo aplicarme el cuento.



Seguiré teorizando, pensando, equilibrando la balanza de la felicidad y la infelicidad cuando sea necesario y seguiré creyendo que esta chica es muy apañá.