viernes, 7 de marzo de 2008

Cartas al director

¿Se puede tener más morro?
Llevo dos días de baja por una otitis que se ha ido haciendo más fuerte por ir a trabajar cuando no debía.  Y hoy me han llamado del trabajo. Ayer, a pesar de estar enferma, pasé toda la evaluación de mi curso porque no podía ir a la reunión de evaluación, que era hoy. La llevaba preparada desde hacía más de una semana. Incluso había estado hablando con mi  jefe/a porque en algunas asignaturas había demasiados suspensos y no sabía qué hacer. Me dijo que si no habían sacado la asignatura, que para otra vez los niños espabilarían. Pero parece ser que hoy su opinión ha cambiado.

De mis veinte alumnos, 6 son repetidores y  ninguno de ellos recibe refuerzo educativo fuera de clase (algo que debería estar haciendo mi jefe/a). También tengo a 4 inmigrantes nuevos que no conocen el idioma y a los que también se les ha dejado de sacar del aula. Así que tengo a 10 niños que no tiran en un curso como es 5º de primaria. En la última visita, el inspector dijo que si los chavales no llegan no les podemos aprobar porque sí, a pesar de que los que ya han repetido no pueden volver a hacerlo de nuevo hasta la secundaria. Un poema de clase, según mis compañeros y según el equipo directivo. Hasta hoy. De repente, toda la culpa de que la clase vaya mal es mía, como si yo llevara en el centro años y manejase todo el cotarro desde infantil. Los otros 10 van de sobresaliente y notable pero eso no cuenta. Vamos, que no se dice nada de que uno de ellos sea disléxico y el equipo de orientación no lo haya visto y no tenga ningún tipo de adaptación curricular. Que yo debo dar la clase y luego estar a disposición de los 10 que necesitan más ayuda, como si el tiempo no corriese y como si yo fuera la única que ha suspendido a los chavales. Porque los demás también han tenido que suspender a los mismos que yo, pero la culpa es mía.

Además se me ha vuelto a echar en cara que los niños empeoran porque falto demasiado. Mmm, operaron a mi madre de urgencia y sólo falté un día cuando tenía derecho a siete días naturales. El resfriado ha ido a más porque la mitad de los días no hay calefacción y además los niños vienen a calse con fiebre y al final todos nos contagiamos... Y a vueltas con la maldita minusvalía. Lo puedo explicar más alto pero no más claro... Señor/a: ¡que no me he cogido ni una puñetera baja por mi minusvalía, que sólo he faltado por una gastroenteritis y por la otitis!

Y mucho me temo que esto va a ir a peor. Y estoy hasta las narices que nadie vea más allá de su ombligo. Que la culpa del fracaso escolar no es nuestra, por más que se empeñen los padres de las criaturas, algunos directores cabrones y algunos políticos innombrables. Que además de ser putas, no vamos a poner la cama, joder, que me están hartando ya.

Vamos, que me cargo al que diga que es un chollo ser funcionaria en estas condiciones. Porque cansa hacer de madre, maestra, psicóloga, limpiadora y no sé cuántas cosas más, para que luego tus propios jefes se te meen encima.

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