miércoles, 29 de julio de 2009

"Turismo" hospitalario...

Hospital Miguel Servet


   Cada uno se plantea las vacaciones como puede, pero hay veces que los planteamientos pasan a ser quimeras en un horizonte muy lejano.

   Este año parecía que iba a haber un poco de todo. Nuestras posibilidades eran limitadas, pero algo iba a caer. Claro que no contábamos con los hospitales. Yo, que estoy acostumbrada a lidiar por esos campos, me hice una pequeña ilusión... craso error.

   El sábado 18 (día del alzamiento nacional, ejem) dieron el alta a mi madre, así que planeamos unos días tranquilos en la costa dorada. Pero el domingo todo se complicó y el lunes ya estábamos en Mataró porque el hermano de mi pareja estaba muy malito. Como aún no estoy muy integrada en la familia política, un día dormí en Sabadell, otro en Premià, otro en Cambrils... Tras luchar durante tres días como un jabato, F. falleció y  tras un funeral impersonal que no merecía en Mataró, nos volvimos a Cambrils. Este fin de semana mi padre se cayó en Mañolandia y desde entonces está en cama sin poder moverse para nada. Y ayer tuvimos que volver con mi madre y llevarla a urgencias -lugar que conozco como la palma de mi mano-. Y ahí se va a quedar un tiempo, en el hospital de siempre. No tardó ni 10 días en volver, algo que pasa constantemente desde el mes de febrero.

   Y así estamos. Otro verano de disfrute y jolgorio... y ya van unos cuantos. Y si al menos el turismo hospitalario me sacase de Zaragoza (atención: sarcasmo puro y duro), tendría nuevos parajes que descubrir, pero con mi familia no nos da ni para eso.

  Y ahora en serio, llevamos unos días muy duros y tanto el cuerpo como el alma comienzan a resentirse. Sólo pido que no vaya la cosa a más, que nos cuidemos entre todos para que nadie más caiga enfermo... ¡Qué narices, quien diga que la salud no es lo primordial en la vida es que es idiota!

Esta canción va dedicada con todo mi corazón a F.  Seguro que le hubiese encantado.


sábado, 18 de julio de 2009

De amor, comisuras y corazas.


"Era una señora encantadora, de mentalidad romántica y dulce boca burlona. Su mentalidad romántica era como esas cajitas, procedentes del misterioso Oriente, que van unas dentro de las otras y que por muchas que uno descubra siempre hay una más; y su dulce boca burlona guardaba un beso que Wendy nunca pudo conseguir, aunque allí estaba, bien visible en la comisura derecha."


"Peter Pan". James M. Barrie

Siempre me oculté tras una coraza hasta que te conocí. Dependiendo de la situación, de las personas ante las que me hallara, del dolor o la felicidad en la que me sumergía, podía esconderme tras una coraza más fina o varias del material más indestructible. Por supuesto que siempre era yo, pero había parcelas que escondía, muchas veces inconscientemente, para que no me hicieran daño. Algunas corazas las conservaba cual caballero armado, para que nadie pudiera atravesarme con su lanza, pero otras ni siquiera era consciente de que las llevaba puestas.

Hace tiempo tú me diste algo que nunca habías dado. Una parte de ti que jamás nadie logró. Y cada noche lo recordamos y me estremezco.

¿Qué te doy yo? Me ofrezco sin corazas, tal como soy. Y además tú lo sabes. ¿Recuerdas? Cada vez que me quitaba una coraza lo celebrábamos y hace ya tiempo que no hay nada más que celebrar en ese campo. Eres la única persona en la que he podido confiar mis pensamientos, mis sentimientos, mis miedos, mis dudas... No quiere decir que tenga dobleces con la gente, que va a ser que soy bastante transparente, pero contigo he llegado a quitarme armaduras viejas, de esas que están adheridas, incrustadas en el alma. Y es muy bonito y a la vez me libera, me quita una presión que sólo me hacía más daño.

Así que aquí estoy, con mi alma desnuda, consciente de que aunque conservamos una cajita particular -porque somos personas independientes-, tenemos plena confianza la una en la otra. Esa cajita es parte del respeto que nos tenemos, pero la comisura derecha y las corazas son los regalos que nuestro amor nos ha dado. Y es que... es caprichoso el azar.




domingo, 5 de julio de 2009

Renovarse y vivir...



Sí, estoy renovando cosas o más bien acomodando el espacio a las personas que vivimos en él.

Cuando una intenta renovarse de verdad, como en mi caso, comprándose un piso y llega el banco y te da con la puerta en las narices, te quedan dos opciones: o robas para pagar la hipoteca o compras un armario. Y claro, la decisión en mi caso estaba clara. Con mis lesiones ya no puedo correr para que no me alcancen los polis, como hacía en el patio del cole cuando era pequeñaja.

Así que mañana llega el armario, que por supuesto, pago a plazos (es como la hipoteca pero a menos años y sin intereses). Llega la renovación y con ella, los cambios estratégicos. Que si nos quedamos con los armarios que había, que si la mesa va para otro lado, que si me hago una lipo... Vamos., como las marujas, pero dejando claro que no hay ningún marujeo interesante. Zaragoza City en verano es lo que tiene, TODO de calor y NADA de interés.

Y mientras, sin que corra una gota del famoso cierzo maño -en verano, el cierzo es una gran utopía hasta que llega un vendaval-, hay ropa por todas partes, de todos los colores, de todas las estaciones, de más talla y de menos talla, ya sabéis, por si se da la casualidad de que este año sí y nos adelgazamos un poquito. Las fotos y los papeles que no sabes muy bien si has de tirar, te persiguen mezclados con el polvo cual matojos rodantes del desierto -o por lo menos mi imaginación perniciosa es lo que siente que ve- y todo se convierte en una peli de terror, que da más miedo que Jack en "El resplandor" y crees que el único meteorito va a caer encima de tu cama... Entonces aparece la persona que convive contigo, da un par de golpes de martillo y todo el mal sueño pasa. Vuelves a tu realidad, ésa con la que eres feliz y piensas...

Si he de renovarme o vivir, vivo y de paso me renuevo o me remuevo, que para el caso es lo mismo.



Por cierto... ¿Alguien más tiene un ordenador dentro de un armario o es que me he vuelto loca? No hace falta responder si me va a doler.